INVESTIGADORES
ZAMBRINI Maria Laura
capítulos de libros
Título:
Retazos de género La impronta femenina en la moda
Autor/es:
LAURA ZAMBRINI
Libro:
Pensar el diseño
Editorial:
Infinito
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2021; p. 20 - 40
Resumen:
A lo largo del tiempo, quienes se han dedicado a las confecciones y diseños de prendas de vestir fueron llamados de diferentes maneras. Oscilaron entre las figuras del estilista, sastre, modista, costurero/a, obrero/a textil; incluso, en el siglo XIX, ya se aludía al diseñador/a como autor, artista o bien, de moda. Sin embargo, estas denominaciones cobraron nuevos sentidos a partir de la profesionalización de la disciplina basada en los fundamentos conceptuales del diseño moderno de principios del siglo XX. Pero, más allá del derrotero de los distintos modos de expresar el oficio y/o la profesión, es oportuno subrayar que históricamente ha existido una tácita asociación de lo textil y de la moda con las mujeres y lo femenino en su dimensión significante. En especial, esta correlación encuentra sus orígenes en la modernidad industrial en Europa, es decir, cuando la moda se organizó como un sistema productivo basado en los valores burgueses, luego de la Revolución Francesa. En ese sentido, la moda fue acompañando los distintos ritmos del capitalismo y la consecuente distinción social entre las clases, así como el desarrollo de la sociedad de consumo. Desde sus inicios, introducir la novedad y la permanente renovación estética del vestir fueron algunas de sus principales funciones sociológicas. Sin embargo, a comienzos del siglo XX, con la llegada del diseño moderno y la búsqueda de la funcionalidad de los objetos, se hizo posible el cuestionamiento de la pertinencia disciplinar de la moda en el campo del diseño.En Argentina, ese proceso se puso de relieve a partir de la creación de las carreras de diseño de indumentaria y textil, en 1989, en la Universidad de Buenos Aires, situación que también se hizo extensiva hacia otras universidades privadas y estatales del país. En ese marco, el diseño de indumentaria fue definido como la actividad que se ocupa del proyecto, la planificación y el desarrollo de los elementos que constituyen el vestir, es decir, una concepción que toma cierta distancia del término moda (y de sus posibles connotaciones) alineándose en las filas de la proyectualidad .Con ese telón de fondo, el presente artículo se propone una reflexión basada en una perspectiva de género. Específicamente, la principal pregunta se orienta hacia cómo las históricas representaciones relativas a lo femenino y lo masculino que derivan de las prácticas del vestir han tensionado la configuración de la moda y del diseño de indumentaria y textil. En suma, la hipótesis que aquí se sostiene es que para la cultura occidental, la indumentaria y lo textil arrastran cargas simbólicas de género en detrimento de lo femenino en sentido amplio, cuyos orígenes provienen de la organización del mundo europeo, pero que han impactado (e impactan) fuertemente en Latinoamérica a partir de la importación de modelos estéticos y culturales dominantes. Ciertamente, esas jerarquías e imaginarios de género forjaron los soportes ideológicos que posibilitaron el desprestigio de la moda: en primer lugar, como un campo legítimo de acción, en segundo lugar, como un objeto de estudio relevante y, por último, el oscurecimiento de las mujeres como hacedoras de diseño. Sin embargo, si tomamos en cuenta algunos datos locales actuales tales como que las matrículas universitarias de las carreras de diseño de indumentaria y textil son casi exclusivamente femeninas y que, según el INTI, el 77 % de las empresas argentinas textiles están conducidas por mujeres, sumado a que la mano de obra no calificada del sector también tiene un predominio femenino y que, según indica el Registro Nacional de Artesanos Textiles , en Argentina el 96 % de la actividad es llevada a cabo por mujeres; entonces, la vigencia de una reflexión en términos de género resulta apremiante.En síntesis, si bien, tal como se apuntó, el objetivo general del presente artículo es reflexionar a partir del caso argentino, éste supone, a su vez, realizar una permanente y obligada referencia a ciertos escenarios socio históricos más generales y de tinte europeo que han atravesado la conformación de los campos de los estudios de género, de la moda y de los diseños latinoamericanos.