Ética y responsabilidad

SANTIAGO N. PRONO

Signos Universitarios virtual

Universidad del Salvador

Lugar: Buenos Aires; Año: 2006 p. 1 - 5

1852-1045

Muy probablemente pueda afirmarse que estamos en una época en la que se profundizan cada vez más las desigualdades, dando lugar a situaciones de crisis que afectan a diversos ámbitos como la política, la justicia, la educación, entre otros. Esto implica la necesidad de estudiar estos problemas desde una perspectiva que admita la posibilidad de una cooperación interdisciplinaria entre especialistas del derecho, la filosofía, la sociología, etc., y que aborden los problemas en cuestión sobre la base de una racionalidad que aspire a lograr consensos entre los diversos interlocutores involucrados. En este sentido, es interesante analizar el rendimiento de uno de los paradigmas éticos de nuestro tiempo para la fundamentación de las normas, tal como lo constituye la ética discursiva. Esta plantea la necesidad de recurrir al ámbito de la intersubjetividad como condición de posibilidad de toda constitución válida de sentido; y también que es allí donde las pretensiones de validez se justifican, y sobre la base de las cuales poder superar los conflictos de intereses. De este modo, la justificación de los principios normativos resulta de procedimientos que no pueden basarse en la subjetividad, o en el carácter monológico de la conciencia, sino que se constituyen intersubjetivamente a través del discurso. Ahora bien, teniendo en cuenta las dos partes en que, según uno de sus fundadores, K.-O. Apel, se divide esta ética, A de fundamentación, y B de aplicación, analizamos aquí el tipo de complementación que entre ambas se plantea para afrontar las situaciones de crisis que podrían afectar significativamente el correcto ordenamiento del Estado en sus diversas esferas. Esperamos así contribuir, desde esta perspectiva, con una propuesta para la adecuada tematización de algunos de los problemas centrales con que se enfrenta la comunidad a nivel global, propiciando el mejoramiento de la calidad institucional de los Estados democráticos de derecho, y la correcta regulación de las relaciones interpersonales en el ámbito de la praxis ciudadana.