INVESTIGADORES
DI PEGO Anabella
congresos y reuniones científicas
Título:
Los derroteros de la modernidad en Hannah Arendt. Notas en torno de las limitaciones de una interpretación antimodernista.
Autor/es:
DI PEGO ANABELLA
Lugar:
San Martín, provincia de Buenos Aires
Reunión:
Jornada; X Jornadas de Filosofía: Hannah Arendt, el pensar y la política; 2008
Institución organizadora:
Universidad Nacional de General Sarmiento
Resumen:
El libro de Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo puede ser leído como una crítica aguda y mordaz de los elementos de la modernidad, o de la historia occidental, que condujeron a la dominación nazi. Sin embargo, algunos intérpretes como, Martin Jay, van todavía más lejos, situando a la obra de Arendt como “una forma radical de antimodernismo”, que advierte que a partir del desarrollo de la modernidad “el totalitarismo era prácticamente inevitable”. Por otra parte, Richard Wollin considera que Arendt sustenta una “interpretación funcionalista”, según la cual “el Holocausto fue esencialmente un producto de la ‘sociedad moderna’ […], lo que deja sin explicar […] el carácter específico de este genocidio concreto”. Desde estas perspectivas, entonces, Arendt sustenta una posición de innegable connotaciones antimodernistas en donde el totalitarismo es visto como una “producto” o consecuencia “inevitable” de la sociedad moderna, que no podría dar cuenta, según Wollin, de la especificidad del fenómeno. En este trabajo, nos proponemos mostrar las limitaciones de estas interpretaciones por dos vías argumentativas. Por un lado, a partir del esclarecimiento del abordaje arendtiano de la comprensión, mostraremos la inviabilidad de reducirla a una visión funcionalista -como sostiene Wollin- o fatalista de la historia –como lo hace Jay-. Por otra parte, trataremos de mostrar que Arendt reconoce la inscripción del totalitarismo en la modernidad, pero, al mismo tiempo pretender dar cuenta de su terrible singularidad. Por eso, es necesario advertir que la principal dificultad que nos presenta el texto de Arendt, reside en que su análisis no es en absoluto monolítico, y que señala tanto continuidades como también puntos de quiebre entre la modernidad y el totalitarismo. Así, su enfoque no es meramente antimodernista, sino que procura delimitar los elementos provenientes de la tradición que en tensión con la irrupción de novedad, se condensaron en la configuración del totalitarismo.