INVESTIGADORES
DI PEGO Anabella
congresos y reuniones científicas
Título:
Estado nación, democracia y derechos: consideraciones a partir de los escritos de Hannah Arendt
Autor/es:
DI PEGO ANABELLA
Lugar:
Bahía Blanca
Reunión:
Simposio; IX Simposio de la Asociación Iberoamericana de Filosofía Política; 2009
Institución organizadora:
Asociación Iberoamericana de Filosofía Política
Resumen:
Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt, puede ser leído como una crítica radical de los elementos de la modernidad que condujeron a la dominación nazi. En la segunda parte del libro, denominada “Imperialismo”, Arendt analiza la paradoja constitutiva del Estado nación en relación con los derechos: por un lado, se concibe a todos los individuos como sujetos de derecho en tanto seres humanos, pero por otro, el Estado nación garantiza sólo los derechos de aquellos a quienes reconoce como parte de su “nación”. De este modo, como no todos los que residen en un determinado territorio pertenecen efectivamente al mismo pueblo o nación, surgen minorías cuyos derechos no son reconocidos y que resultan por tanto apátridas. Esto pone de manifiesto las dificultades que el Estado nación enfrenta para asegurar los derechos de las minorías y para el reconocimiento de las diferencias. Los temores que los pensadores políticos modernos albergaron respecto de la “tiranía de las mayorías” no sólo tenía asidero en las diferencias de clases sino también, y fundamentalmente, en las diferencias étnicas. Así, nos proponemos analizar el papel que el Estado nación desempeñó en el advenimiento del totalitarismo y la relevancia del reconocimiento y de la preservación de la diferencia para la dinámica política. Por otra parte, en la medida en que el Estado nación ha persistido como forma de organización social y política, no sólo se encuentra coaligado con el totalitarismo sino también con la democracia. En 1963, Arendt escribe precisamente un ensayo denominado “Estado nacional y democracia”, en el que analiza el carácter conflicto de la relación entre ambos. Si entendemos la democracia como la participación activa en los asuntos públicos, y no meramente como las garantías propias del estado de derecho, entonces, la democracia no se ha podido desenvolver mayormente en el seno del Estado nación. De manera que la perspectiva arendtiana plantea al mismo tiempo el carácter ineludible del reconocimiento de derechos o del derecho a tener derechos, y la insuficiencia de esto para una organización democrática de la política. Las problemáticas crecientes en torno de los migrantes y de otras minorías en nuestra época de mundialización, parecen reavivar la paradoja del Estado nación y confirmar el pronóstico reservado de Arendt respecto de sus perspectivas futuras.