INVESTIGADORES
DI LUCA Gisela Alfonsina
capítulos de libros
Título:
Procesos de transformación y remoción de contaminantes en los humedales de tratamiento: Metales y metaloides.
Autor/es:
DI LUCA, G. A; MAINE, M. A.
Libro:
: Humedales de Tratamiento: alternativa de saneamiento de aguas residuales aplicable en América Latina
Editorial:
Pontificia Universidad Javeriana
Referencias:
Lugar: BOGOTÁ; Año: 2018; p. 132 - 144
Resumen:
El sedimento de fondo es el principal responsable de la remoción de los contaminantes del agua que atraviesa un humedal (Maine et al., 2009). El sedimento es un cuerpo natural que tiene componentes minerales y orgánicos conjuntamente con propiedades físicas, químicas y biológicas. La composición de los sedimentos es extremadamente diversa y aunque es gobernada por diversos factores, los que predominan más frecuentemente son las condiciones climáticas y el material del sedimento/sustrato. El sedimento está compuesto por tres fases: sólida (mineral y orgánica), líquida (agua intersticial) y gaseosa (gases disueltos) y exhibe propiedades que resultan de equilibrios físicos y químicos de estas fases. A través de las propiedades electroquímicas de su superficie, la fase sólida controla la adsorción, transformación, y el comportamiento de liberación de componentes químicos (por ejemplo, nutrientes y contaminantes) al agua o a la solución del suelo. Las propiedades electroquímicas de la superficie del sustrato varían entre tipos de sustrato y dependen de factores tales como el material parental, el clima y la vegetación. Además, no sólo la composición química de los componentes sólidos del sedimento sino también su estructura mineral y el estado de dispersión son factores importantes que influencian sus propiedades. A pesar que algunos metales son necesarios para el crecimiento de las plantas y los animales en cantidades trazas (como el bario, berilio, boro, cromo, cobalto, cobre, hierro, magnesio, manganeso, molibdeno, níquel, selenio, azufre y zinc), estos mismos metales pueden ser tóxicos a altas concentraciones. Otros metales (como arsénico, cadmio, plomo, mercurio y plata) no tienen un rol biológico conocido, y pueden ser tóxicos aún a bajas concentraciones. Por lo tanto, es necesario removerlos del agua e inmovilizarlos de forma que no estén biodisponibles.