INVESTIGADORES
GARCIA CHAPORI Natalia Luz
congresos y reuniones científicas
Título:
Testigo SP1251 (Atlántico SW): Nuevas Evidencias para la Determinación de su Edad
Autor/es:
GARCÍA CHAPORI, NATALIA; LAPRIDA, CECILIA
Lugar:
Ciudad de La Plata
Reunión:
Congreso; IV Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología, XII Congresso da Associação Brasileira de Estudos do Quaternário y II Reunión sobre el Cuaternario de América del Sur; 2009
Resumen:
El testigo SP1251 (38°29,7´S – 53° 40,7´W, 3400m, 877cm, Atlántico Sudoccidental) fue objeto de estudios preliminares cuyo principal propósito fue la determinación de la edad de los sedimentos y su interpretación paleoclimática. En tal sentido, Watanabe et al.(2005), definieron una edad pleistocena inferior cercana al límite Plio-Pleistoceno para los últimos 90cm del testigo. Con posterioridad, García Chapori y Laprida (2008) efectuaron reconstrucciones preliminares de la SST en base al registro de foraminíferos planctónicos, para lo cual analizaron un mayor número de muestras, algunas intercaladas a las estudiadas originalmente, pero respetando las edades asignadas previamente. Esta reconstrucción preliminar y la adquisición de un nuevo set de datos arrojó dudas sobre las interpretaciones previas respecto de la edad y de la evolución paleoclimática del registro vertidas en Watanabe et al.(2005). En los trabajos citados, la edad de la secuencia estaba basada en la presencia conjunta de G.tosaensis y G.truncatulinoides en el nivel 60 cm. Hacia el techo del testigo, la ausencia de G.tosaensis y la persistencia de G.truncatulinoides indicaban una edad Pleistoceno Inferior para los últimos 20cm. La incorporación de nuevas muestras permitió una mejor resolución temporal y el reconocimiento de la operatividad de procesos sedimentarios que afectaron tafonómicamente las asociaciones, impactando en la asignación de las edades del sedimento. Ante todo, se confirmó que la presencia de G.tosaensis se verifica casi con exclusividad en el nivel 60cm, y en escasa proporción (12 ejemplares sobre 1210 planctónicos), estando ausente en todos los niveles inferiores y presente sólo en un nivel superior al mencionado, y representado únicamente por 1 individuo. Existen evidencias que demuestran que la presencia de G.tosaensis en el nivel 60cm y posteriores es una inconsistencia bioestratigráfica asociada probablemente a procesos turbidíticos o conturníticos, que involucraron sedimentos de edad Pleistoceno inferior. Entre ellos podemos mencionar la presencia constante de G.hirsuta a partir de los 74cm, lo que indicaría edades más jóvenes que Pleistoceno Medio a partir de dicho nivel; el notable aumento en la densidad de foraminíferos, principalmente bentónicos, que triplica el de los otros niveles analizados del testigo; el incremento en la relación bentónicos/planctónicos; y el porcentaje de la fracción arena, que en el nivel 60cm alcanza el 96%. Esto nos permite afirmar que la presencia de G. tosaensis está asociada probablemente a fenómenos de desplazamiento de fauna, y que la sucesión analizada corresponde enteramente a la Zona PT1b, o Subzona de Rango Parcial de Globorotalia truncatulinoides. Estas consideraciones no invalidan la reconstrucción de la SST efectuada por García Chapori y Laprida (2008) para el nivel 60cm, ya que las técnicas de análogos modernos (MAT) utilizadas analizan estadísticamente las asociaciones de foraminíferos planctónicos y, en apariencia, la incorporación de fauna retrabajada no alteró la señal climática calculada a partir del total de planctónicos. Si bien las SSTs reconstruidas para dicho nivel son relativamente altas, son consistentes con las del nivel 74cm, donde no existen evidencias de modificación del registro. Las modificaciones tafonómicas más notables se verificarían entre los foraminíferos bentónicos, sumamente abundantes en el nivel 60cm. Allí, la mayor abundancia de Uvigerina peregrina y Globocassidulina subglobosa indican la operatividad de la Circumpolar Deep Water (CPDW) y una señal climática contraria a la determinada por las MAT en base a los foraminíferos planctónicos. Esto podría estar indicando el origen alóctono de dichas especies bentónicas y explicar al mismo tiempo la disolución diferencial de los foraminíferos planctónicos en los sedimentos del Pleistoceno temprano de donde habrían provenido. Esta disolución preferencial previa a los eventos de introducción del material alóctono habría impedido una masiva incorporación de ejemplares planctónicos retrabajados a las asociaciones más jóvenes del Pleistoceno medio.