Historia de la educación, cuerpos y subjetivación política. Apuntes para una trama de lo sensible

MYRIAM SOUTHWELL; EDUARDO GALAK

Emociones, sensibilidades y escuela

Homo Sapiens Ediciones

Año: 2022; p. 31 - 46

Educación moral, puericultura, formación cívica, instrucción artística, estética. Emociones, pasiones, moralidad, ética, sentidos, sentimientos, sensibilidades. Sin detenernos en debates conceptuales, todos estos términos redundan en un punto: la escolarización de formas de ser es uno de los pilares de la reproducción de las sociedades modernas. Frente a los procesos de escolarización, la vida escolar despliega una estética escolar que se manifiesta tanto explícitamente como en los intersticios en los que se produce lo formativo.Desde sus orígenes, el sistema educativo se constituyó como un dispositivo homogeneizador de sentidos estéticos, reproduciéndolos masivamente a través de la institucionalización de prácticas, discursos, costumbres, saberes y valores. En el transcurso de nuestro estudio de la historia de la educación, la dimensión estética del proceso de escolarización se ha ido presentando como una variable central para comprender lo educativo; la hemos tomado como objeto de estudio de investigaciones específicas y de largo aliento. Con la estética, en tanto ciencia de la sensibilidad, nos hemos propuesto tematizar el problema de las sensibilidades y de la construcción colectiva de los deseos en vinculación con una política de los afectos. Esta perspectiva implica entender que todo proyecto político, como los que conforman los procesos de escolarización, entrañan necesariamente proyectos estéticos que, sin caer en una estricta unificación, única y unívoca, atienden a la distinción –en el sentido sociológico utilizado por Pierre Bourdieu (1998)– de las identidades colectivas. La intención de este capítulo es plantear que la estética es una condición necesaria para comprender plenamente los procesos de escolarización y, por ello, se vuelve un campo de debate político y de producción de subjetividades.Nuestro punto de partida respecto de la conceptualización de lo político remite a la dimensión del antagonismo constitutivo de las sociedades y -en tanto lo indomesticable- se diferencia de la política, como el conjunto de prácticas e instituciones a través de las cuales se crea un determinado orden, organizando la coexistencia humana en el contexto de la conflictividad derivada de lo político.