INVESTIGADORES
FABRIS Mariano David
congresos y reuniones científicas
Título:
La política Argentina post autoritaria desde la mirada de un movimiento católico. Comunión y Liberación y el ascenso de Carlos Menem, 1988-1989
Autor/es:
MARIANO FABRIS
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; IV Jornadas de religión y sociedad en la Argentina contemporánea y países del Cono Sur; 2015
Resumen:
Desde el Concilio Vaticano II, los movimientos eclesiales constituyen actores fundamentales en la proyección social de la Iglesia católica. Han sido los encargados de renovar el compromiso y la participación de los laicos y, en cierta medida, reflejan el reacomodamiento de las institucionales religiosas frente a los cambios sociales en dirección a una mayor flexibilización y apertura al mundo. Esta ponencia propone un análisis enfocado en Comunión y Liberación (CL), uno de los movimientos que más ha crecido a escala internacional desde la década de 1960 cuando surgió en Italia. El movimiento arribó a la Argentina en los años 80' decidido a no pasar desapercibido. Se distinguió por su propuesta de compromiso activo a través dela que interpeló a los católicos y puso en discusión las formas de religiosidad que expresaban, sus vínculos con las autoridades de la Iglesia, el papel de la jerarquía y sus perspectivas sobre el espacio social de la religión. El movimiento también buscó dialogar con la política, discutiendo con lo que entendía eran concepciones hegemónicas sobre la democracia y ofreciendo ideas para un proyecto político alternativo. Sobre estas cuestiones nos detenemos,observando en primer término las concepciones sobre la relación política -religión que predomina en CL y, en segundo término, analizando de qué forma elmovimiento se posicionó frente a una coyuntura dominada por la crisis del gobierno radical de Raúl Alfonsín y el ascenso de Carlos Menem. Nuestra investigación parte de considerar que experiencias de compromiso religioso como las que propone CL cuestionan las visiones clásicas de la secularización como proceso conducente a la paulatina marginación y privatización de la religión en la sociedades modernas. Asimismo, a partir de las propuestas de Daniéle Hervieu-Léger, entendemos que en CL se da una tensión entre dos formas de articulación identitaria, una comunitario-emotivo que daría lugar a un cristianismo afectivo 'que se constituye, se activa o se reactiva por intensificación emocional del sentimiento de pertenencia comunitaria'[1] y una articulación basada en las dimensiones comunitaria y ética, que conduciría a un cristianismo político, que 'conlleva una concepción de la intervención activa de la comunidad como tal sobre la escena pública, con vistas a defender, promover y realizar los valores a los que apela'.[2] Al desenvolvimiento de esta segundaforma tratamos de acercarnos al considerar las perspectivas de CL sobre la política argentina en aquella coyuntura particular. Entendemos que sus intervenciones en este ámbito confluyeron con una tradición católica, nacional popular, que en la Argentina había alcanzado su mejor síntesis con la llamada Teología de la Cultura, crítica de algunas de las iniciativas con las cuales se identificó al gobierno de Alfonsín y que miró con más simpatía al justicialismo como intérprete de la tradición popular. El análisis que ofrecemos se sustenta sobre diversas fuentes entre las que se destacan los escritos de Luiggi Giussani, sacerdote italiano que inició CL, documentos, crónicas políticas y editoriales publicadas en la revista Esquiú, adquirida por CL en 1987 y entrevistas a referentes locales del movimiento.[1]Hervieu-Léger, Daniéle, El peregrino y elconvertido. México, Ed. Helénico, 2004, p. 87.[2] Ibíd., p. 90.