La violencia sobre las mujeres en la encrucijada entre los derechos humanos y los derechos consuetudinarios, en el marco de la mesa panel "Violencia como expresión de vulneración de los Derechos Humanos". En calidad de invitada

SCIORTINO MARÍA SILVANA

Buenos Aires

Congreso; VI Congreso Nacional de Psicología Forense. XX Jornadas nacionales de psicología forense ? XIX Jornadas de APFRA; 2009

Asociación de Psicólogos Forenses de la República Argentina

En esta oportunidad, el interés consiste en reflexionar respecto a la tensión que suele producirse al momento de garantizar los derechos humanos de las mujeres cuando los mismos entran en conflicto con las leyes internas de las culturas a las cuales pertenecen. Los derechos humanos de las mujeres dentro de colectivos culturales concretos suelen ser los más expuestos a ser resignados frente a las fuerzas conservadoras del grupo de pertenencia. La violencia de género se manifiesta como el instrumento que perpetúa la desigualdad entre mujeres y varones. Como sostienen Patricia Laurenzo Copello este tipo de violencia se asocia directamente a la discriminación estructural de un determinado grupo social en un contexto comunitario. Y ese grupo subordinado son las mujeres. "Son las mujeres, por ser mujeres, por pertenecer a este sexo, las que son blanco de esta clase de violencia, pero no por los rasgos biológicos que las distinguen de los hombres, sino por los roles subordinados que les asigna la sociedad patriarcal" (Laurenzo Copello, 2007:186) María Marta Herrera reconoce la necesidad de identificar formas de violencia sobre las mujeres que aunque inviabilizadas, no dejan de ser eficaces. "Es decir, hay violentamientos económicos, políticos, laborales, legales, simbólicos o subjetivos que conducen a lo mismo: sostener la naturalidad de la inferioridad femenina. [...] La desigualdad, la discriminación y la violencia son conceptos que se nutren mutuamente manifestándose en la producción social." (Herrera, 2007: 65) La violencia contra las mujeres puede reconocerse como universal, pero debe aceptarse que difiere en sus grados y formas. Por lo tanto, acuerdo con Herrera al sostener que la posibilidad de nominar la violencia, permite hacer visible la opresión para autorizar la explicación y poder ofrecer alternativas de resolución. Ahora bien, ante la urgencia de construir caminos que reviertan la situación de violencia que sufren las mujeres, en particular me urge pensar si una perspectiva transcultural es adecuada en el tratamiento formal de la violencia. En el contexto internacional los derechos humanos son herramientas valiosas a las cuales acudir en detrimento de prácticas que atentan contra derechos considerados universales. No podemos negar, que el recibimiento de las formulaciones internacionales es muy diferente según el grupo receptor. Además determinados derechos humanos entran en conflicto con leyes internas de determinadas culturas, por lo cual no se obtiene consenso cultural, siendo proclive la violación de los mismos. Estas cuestiones serán indagadas a continuación a partir de la descripción de dos casos altamente conocidos.