Tradición e innovación del blanco cómico en Aristófanes

SCHERE, MARÍA JIMENA

Philologiae Flores. Homenaje a Amalia S. Nocito

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS - UBA

Lugar: Buenos Aires; Año: 2010; p. 75 - 85

Este trabajo analiza el modo en que Aristófanes retoma y recrea tres blancos cómicos tradicionales. En primer lugar, el blanco cómico del tonto, fundado en el par cómico del tonto y el astuto, que tiene su representación paradigmática en la imagen de Odiseo y el Cíclope. En segundo lugar, el blanco cómico de Tersites en la Ilíada. En último término, el blanco femenino, que registramos fundamentalmente en el Yambo de las mujeres del poeta arcaico Semónides. Si bien Aristófanes retoma los tópicos cómicos tradicionales, introduce significativas variantes y deja de lado los blancos convencionales para concentrarse en otros de mayor relevancia política y social. Con el impulso inicial de Cratino, Aristófanes amplía los límites de lo risible y lo desplaza de blancos menos comprometidos, por el lugar que ocupan en la sociedad (el tonto, el campesino, Tersites, enemigos personales, mujeres, pobres, esclavos), a blancos más significativos desde el punto de vista político y social (generales, políticos, sabios, artistas reconocidos); el eje del ataque cómico se reorienta, entonces, desde los individuos sin poder hacia los poderosos, desde los idiôtai hacia los mégistoi. Si los blancos tradicionales no hacen más que reafirmar el lugar degradado de ciertos sujetos sociales (mujeres, esclavos, etc.), la nueva elección de blancos cómicos pone en cuestión a aquellos que detentan un poder sobre los demás, sea discursivo, político o ambas cualidades juntas. El giro en la elección del blanco implica, por lo tanto, un mayor grado de compromiso del arte cómico y un intento deliberado de ejercer una fuerte influencia sobre el público ciudadano, a pesar de que parte de la crítica le haya negado este propósito. La tendencia de la comedia aristofánica a cambiar el eje tradicional del ataque se evidencia, especialmente, con el surgimiento de la "comedia de demagogo", a partir de Caballeros, y con obras como Nubes o Lisístrata que continúan en la misma dirección que Caballeros en cuanto a la elección del blanco cómico central.