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El objetivo del artículo es analizar en qué medida los programas de promoción de desarrollo socio-productivo implementados en Argentina entre los años 2003 y 2008, proponen una nueva definición del concepto de trabajo y de qué modo es concebido el sujeto de la política social. Para ello analizamos las políticas hacia el mercado de empleo y las transformaciones del rol del Estado como promotor de nuevas formas de trabajo, centrándonos en explorar cuál es el rol e importancia de los programas de desarrollo socio-productivo en el modelo socioeconómico y qué estrategias proponen para disminuir el desempleo y la pobreza. Realizamos un estudio comparativo a partir del análisis de normativas, informes de gestión y evaluación de los programas Manos a la Obra, Herramientas por Trabajo, Programa de Inserción Laboral-autoempleo y Trabajo Autogestionado; y de datos obtenidos a partir de observaciones in situ. Esta investigación muestra, por un lado, las limitaciones de dichas políticas, debido a la falta de un marco legal adecuado y una regulación eficiente de los mercados. Por otro, más allá de estas limitaciones, éstos proponen un nuevo sentido del trabajo que pone en cuestión la definición clásica de empleo. En estas experiencias, el trabajo adquiere un sentido amplio que apunta a promover procesos de organización colectiva e innovación con potencialidades de generación de autonomía para los trabajadores. Este nuevo sentido se encuentra en disputa y requiere la creación de condiciones de institucionalidad que viabilicen su desarrollo y fortalezcan la construcción de una integración social en condiciones de igualdad.

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