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En esta ponencia se busca analizar una de las complejas y múltiples relaciones entre las que se tramaron las articulaciones entre militancia y Estado durante las gestiones de gobierno kirchneristas. Más concretamente, el trabajo se interesa por comprender la implementación de un conjunto de políticas públicas orientadas específicamente a las juventudes en el período 2010-2012; ejemplos de ellas son el Programa Jóvenes Padre Mugica, las Jornadas ?Pensar Argentina, Mirar Latinoamérica?, el Programa ?Florecen mil flores, pintamos mil escuelas?, entre otras. La particularidad de las mismas radica en que se trata de políticas que, siguiendo a la literatura especializada, pueden denominarse como participativas. En este trabajo exploraremos concretamente la relación entre las formas de vinculación, participación y militancia por medio del Programa ?Florecen mil flores, pintamos mil escuelas? en relación con la juventud del Movimiento Evita de Barracas. Nuestra finalidad es mostrar cómo para lo/as jóvenes que participaron por primera vez en un programa con estas características ?una política participativa, en vinculación con el territorio y que destaca el rol del militante como intermediario entre el Estado y dicho territorio- formar parte de esos grupos que ayudaron a refaccionar y pintar escuelas, pudo ser sumamente significativo.Durante el período 2010-2015, la cuestión juvenil fue objeto de un tratamiento particular por parte del Estado, orientándose a una mayor institucionalización del vínculo con la política, en el marco de lo que se ha caracterizado como ?nueva invención de la juventud? (Kriger, 2014), junto con una producción socio-estatal y ?consagración de la juventud? como causa militante (Vázquez, 2013:22). En este sentido, en el plano de las leyes y políticas públicas, esto se efectivizó en numerosos programas sociales.Particularmente, encontramos que la mayoría de los programas implementados dentro de ese período fueron impulsados desde los ministerios de Desarrollo Social y Educación (Vázquez, 2015), en gran medida políticas públicas de carácter participativas, esto quiere decir, con vistas a promover la participación y formación de ciudadanías juveniles activas.En esta ponencia analizaremos la implementación del Programa "Florecen mil flores, pintamos mil escuelas" a través del análisis situado en el caso de Barracas, en el ámbito de un centro cultural. Partimos de la hipótesis de que vincularse con políticas públicas favorece para los jóvenes el desarrollo de formas de compromiso que, en algunos de los casos, pasa a ser autodefinida como militancia, mientras que en otros casos no. Nuestro trabajo se funda en el interés por conocer las vivencias que se superponen en esta experiencia de la participación en una organización territorial y la vinculación con una política pública a partir de la reconstrucción de los itinerarios militantes en el ámbito del centro cultural El Conventillo.Enfocamos este estudio desde una lectura socio-antropológica de la implementación de las políticas públicas, tomando distancia de las miradas más institucionalistas, así como también en relación con las perspectivas reificantes del Estado. Consideramos, por tanto, a las políticas públicas más allá de las normativas y proponemos estudiarlas en las prácticas que las materializan y que son observables (Plotkin y Zimmermann, 2012).En este trabajo se busca poner en relación y potenciar los hallazgos en estos diversos campos con el fin de indagar cómo las políticas públicas de tipo participativo no solamente movilizan adhesiones vía articulación con organizaciones políticas y sociales afines al Estado Nacional durante el kirchnerismo, sino más bien para comprender qué efectos producen dichas políticas en las experiencias concretas de jóvenes que son definidos como destinatarios de estas acciones y terminan desarrollando un proceso de conversión militante.El sentido de esta perspectiva tiene que ver con que nos permite comprender cómo en la gestión estatal de políticas y programas a nivel barrial se pueden detectar y reconocer modos de vincularse que redundan en el desarrollo de procesos de politización y compromiso. Así, en lugar de tomar como punto de partida del análisis a jóvenes que militan, nos interesamos por llegar a comprender cómo ?en una heterogeneidad de recorridos posibles y en un espectro de grupos y acciones? un conjunto de jóvenes se vuelven militantes. Más concretamente, nos interesa mostrar cómo por medio de la implementación de políticas públicas participativas ?como vemos en El Conventillo de Barracas y en relación con el Programa ?Florecen mil flores...?? es posible identificar la construcción de procesos de participación entre jóvenes del barrio que, en algunos casos, puede ser interpretada como parte de un compromiso militante.

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