INVESTIGADORES
GASTALDI Marcos Roman
congresos y reuniones científicas
Título:
Una estrategia micro-morfológica para distinguir pinturas rupestres negras de capas de hollín. El caso de las cuevas con arte rupestre de Oyola (Catamarca, Argentina)
Autor/es:
MASTRANGELO, NOEMÍ; GHECO, LUCAS; GASTALDI MARCOS R.; TASCON, MARCOS; ETCHEBERRY, EUGENIA AHETS
Lugar:
Tucumán
Reunión:
Congreso; VII CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOMETRÍA Materialidad, Arqueología y Patrimonio; 2018
Institución organizadora:
CENTRO DE INVESTIGACIONES EN ECOLOGIA HISTÓRICA FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES E INSTITUTO MIGUEL LILLO UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN
Resumen:
¿Cómo podemos distinguir dos compuestos químicamente similares pero cuyos orígenes responden a prácticas sociales del todo distintas? Este es el interrogante que intentamos explorar en esta exposición, cuya relevancia arqueológica deviene del hallazgo en las cuevas del sitio de Oyola, (Catamarca, Argentina) de pinturas rupestres negras y capas de hollín cuyas composiciones químicas, basadas en carbón, presentan notables similitudes. Si bien, en principio, sería posible realizar una diferenciación a partir de las características formales particulares de las figuras rupestres, esta posibilidad se eclipsa cuando intentamos tal distinción al momento de investigar pinturas rupestres ?ocultas? a la visión directa actual debajo de otras capas y concreciones naturales y/o antrópicas. Entonces, ¿cómo avanzar en esta diferenciación? La sierra de El Alto-Ancasti, en la Provincia de Catamarca del noroeste argentino, es reconocida por albergar uno de los conjuntos de sitios arqueológicos con arte rupestre prehispánico más importantes de Sudamérica. Entre sus múltiples abrigos con pinturas y grabados parietales, se destaca el sitio de Oyola por la cantidad de cuevas y aleros con arte rupestre relativamente próximos y por la diversidad en sus diseños, colores y técnicas de confección. Más allá de esta relativa diversidad entre los distintos abrigos de Oyola, al interior de cada una de las cuevas y aleros del sitio es notable la uniformidad cromática y morfológica de los motivos rupestres, además de la casi total ausencia de superposiciones entre figuras. Es probable que haya sido esta impresión de cierta homogeneidad la que impulsó las interpretaciones que vincularon de manera indistinta las pinturas del sitio a una cultura en particular (Cultura de La Aguada), o a un determinado momento en el desarrollo cultural de la región (Período Medio o de Integración Regional, ca 600-900 d.C.), de acuerdo a las similitudes estilísticas advertidas entre algunas de las figuras parietales y los motivos característicos de la cerámica de dicha cultura. Sin embargo, las investigaciones emprendidas en los últimos años han brindado numerosas evidencias que apuntan a un proceso histórico de mayor complejidad, conformado por sucesivos agregados de motivos y transformaciones de los paneles rupestres a lo largo, quizás, de cientos o miles de años.Entre las distintas líneas de investigación que han sido utilizadas para avanzar en la comprensión de estas historias de pintado en Oyola, debemos destacar la utilidad de los análisis químicos de pequeñas muestras de pinturas. En términos generales, los estudios físico-químicos del arte rupestre se han convertido en una de las herramientas más valiosas en las investigaciones arqueológicas a nivel mundial (López et al. 2013). Sin descuidar la importancia de estos análisis para determinar los compuestos utilizados en la preparación de las mezclas pigmentarias, en otros trabajos hemos enfatizado en el potencial de los estudios químicos como vía de acceso para la diferenciación de las preparaciones de pinturas de colores similares y, en términos más amplios, como una herramienta fundamental para interconectar las historias de pintado con las restantes prácticas sociales ejecutadas en las cuevas (Gheco et al. 2013, 2017; Tascon et al. 2016). Ambos usos de los análisis químicos permiten obtener valiosos datos de los procesos históricos de confección de los paneles rupestres, factibles de ser vinculados con otras líneas de evidencias arqueológicas, como los estudios estilísticos de los motivos parietales, los análisis de las superposiciones e, incluso, los datos obtenidos de la excavación estratigráfica del piso de los abrigos.Entre las distintas opciones de análisis químicos utilizadas, los estudios micro-estratigráficos resultaron de gran relevancia para caracterizar las mezclas pigmentarias propiamente dichas pero también aquellos compuestos naturales y antrópicos que, en ocasiones, se les superponen, como las capas de oxalatos de calcio (whewellita o weddellita), arcillas, carbonatos, restos de hollín y hasta posibles motivos rupestres ocultos debajo de otras figuras. En particular, en las micro-estratigrafías estudiadas de Oyola fueron detectados algunos estratos cuya apariencia y composición química podrían corresponder a antiguas pinturas rupestres dispuestas detrás de otras capas que imposibilitan su observación directa. Tal es el caso de algunas muestras donde advertimos la presencia de estratos negros muy similares a los observados al analizar las pinturas rupestres del mismo color, pero dispuestos por debajo, en términos estratigráficos, de pinturas rupestres de otras tonalidades.Ahora bien, ¿cómo podemos asegurar que estas capas negras son las evidencias de figuras ocultas y no de alguna otra sustancia depositada sobre las rocas? Los análisis químicos micro-estratigráficos mediante Espectroscopia Raman fueron la primera respuesta explorada para enfrentar dicho interrogante. En primer lugar, se analizaron varias muestras de pinturas rupestres negras, cuyas resultados indicaronla presencia de carbón, posiblemente utilizado como cromóforo en las mezclas.Asimismo, evidencias químicas similares fueron obtenidas al estudiar los múltiples estratos negros detectados en los sectores oscurecidos de las paredes interiores de varios abrigos de Oyola, situación que interpretamos como capas de hollín producidas por los diferentes eventos de combustión acaecidos en las cuevas (Tascon et al. 2016). De tal manera, los análisis químicos de las pinturas rupestres negras, al igual que los realizados sobre las capas de hollín, arrojaron resultados químicos relativamente similares basados en el carbón. Esta semejanza química entre estratos producidos por actividades muy diferentes -como la preparación de pinturas y el encendido de fogones- planteó ciertas dudas sobre el origen de las capas negras subyacentes que observamos en algunas micro-estratigrafías, las cuales, suponíamos, podrían corresponder a motivos rupestres ocultos. Es decir, ¿hasta qué punto podríamos asegurar que se trata de pinturas negras y no de otras capas de hollín? En ansias de responder dicho interrogante, a lo largo de este trabajo se analizan otras opciones metodológicas y técnicas complementarias a los estudios químicos que, creemos, permiten establecer criterios morfológicos válidos para distinguir entre los estratos de pinturas rupestres y aquellos correspondientes a los restos de carbonización resultantes de los fogones ejecutados en las cuevas. Para ello se presentan, comparan y discuten diferentes mediciones (de áreas de partículas y espesor de estrato) realizadas sobre las micro-estratigrafías extraídas de las pinturas y paredes de Oyola. Si bien este trabajo se basa en el estudio de un caso en particular en las cuevas de este sitio arqueológico, pensamos que sus resultados y desarrollo metodológico pueden ser útiles para la investigación de muchos otros abrigos arte rupestre que presenten características semejantes.