INVESTIGADORES
SAVEANU Lucia
congresos y reuniones científicas
Título:
Ritmo diario de la colecta pedal superficial, un mecanismo trófico alternativo del caracol dulciacuícola Pomacea canaliculata
Autor/es:
SAVEANU, L. Y MARTÍN, P. R.
Reunión:
Congreso; 25º Reunión Argentina de Ecología; 2012
Resumen:
Pomacea canaliculata es un caracol dulciacuícola con mecanismos tróficos muy variados. Entre ellos, la colecta pedal superficial, se caracteriza por la formación de un embudo con el pie que atrae, por acción ciliar, material presente en la superficie del agua (detritos, pleuston y neuston), lo captura y lo ingiere. Los estudios al respecto han sido hasta ahora cualitativos y exclusivamente en laboratorio. Para investigar la ocurrencia de la colecta pedal superficial en ambientes naturales y su variación diaria se realizaron cinco muestreos en dos ambientes lóticos del sudoeste bonaerense. En cada muestreo, durante un día completo, 10 parcelas flotantes (0.5 m2) fueron observadas durante una hora, cada tres horas. Se registró en forma continua la temperatura del agua y del aire. Para conocer el efecto de la temperatura sobre este mecanismo, se realizaron en laboratorio observaciones individuales de 2hs de duración con lechuga seca particulada como material superficial, a temperaturas constantes (15, 20, 25, 30 y 35°C). Cuarenta y ocho caracoles (criados a 25±2°C) fueron mantenidos sin alimento a la temperatura de cada tratamiento durante las 24hs previas. Tanto a campo como en laboratorio se registró la frecuencia de embudos. La colecta pedal superficial fue observada en todos los muestreos menos uno, aún en presencia de abundantes recursos tróficos sumergidos (macrófitas) y fue fundamentalmente nocturna; su frecuencia aumentó a la caída del sol y comenzó a disminuir antes del amanecer, momento en que se registraron las menores temperaturas del agua. En laboratorio, la frecuencia de embudos fue prácticamente nula a 15°C, mostró un pico a 30°C y descendió un 50% a 35°C. El patrón de variación diaria de esta actividad puede interpretarse como un mecanismo para evitar a predadores visuales, aunque su intensidad estaría condicionada por la presencia de material flotando en la superficie y por la temperatura del agua.