INVESTIGADORES
BARRIONUEVO Natalia Soledad
congresos y reuniones científicas
Título:
Trabajo petrolero y desigualdades de género en Comodoro Rivadavia: reactualizaciones históricas
Autor/es:
NATALIA BARRIONUEVO
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; VIII Congreso Latinoamericano de Estudios del Trabajo de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo (ALAST); 2016
Resumen:
Nuestro trabajo se interesa por las representaciones de las desigualdades de clase y género a partir del trabajo petrolero en Comodoro Rivadavia (Chubut, Patagonia Argentina). Capital Nacional del Petróleo, por haber sido sede del descubrimiento del recurso en 1907, la localidad nació y se desarrolló a partir de las dinámicas que le imprimió esa industria. Signada a lo largo del siglo XX por la presencia de la estatal YPF y su posterior privatización, en la actualidad adquirieren protagonismo las concesiones de explotación a empresas operadoras multinacionales. Esa estructura económica local monodependiente está fuertemente marcada por los vaivenes del capitalismo internacional, que redunda en fases cíclicas de boom y crisis de la actividad hidrocarburífera.El trabajo petrolero fue desde siempre una fuente diferencial de construcción identitaria. En tiempos de YPF, la amplia cobertura social que la empresa brindaba a sus trabajadores causaba recelos entre aquellos que no eran parte de los campamentos. A partir del último boom de la actividad, registrado entre 2004 y 2008, son los elevados salarios los que generan resquemores en la clase media local que moviliza recursos culturales para distinguirse de sectores populares con amplio poder adquisitivo. La ciudad aparece así contextualizada a partir de un fuerte desacople entre capital económico y capital cultural, encarnado en los trabajadores petroleros de menor jerarquía.El desprecio de clase entre grupos se reconvierte en desprecio de género, al aparecer esta última frontera enfatizada por sobre la primera, tanto al interior de los yacimientos como en la ciudad, por hombres y mujeres petrolero-as y no petroleros-as. Desde una investigación etnográfica -con datos recogidos en observaciones participantes, entrevistas, y seguimiento de la prensa y otros discursos públicos- buscamos reconstruir significados en torno a lo femenino y lo masculino en circulación social en la actualidad de una localidad con fuerte presencia masculina, a partir de la inserción preferencial de ellos en el mercado de trabajo. Sin embargo, se trata de desigualdades de género persistentes, históricamente emparentadas a la actividad petrolera, que se reactualizan en estos nuevos contextos, dando lugar a una configuración particular que articula determinación (una comunidad patagónica históricamente petrolera y masculina) y contingencia (el boom y las nuevas formas de pensar el trabajo, las relaciones de clase y las construcciones de género). El caso de estudio es el de las mujeres de los trabajadores petroleros de menor jerarquía, en relación a sus parejas pero también a otros sectores sociales petroleros y no petroleros.Sostendremos que hay un marco discursivo androcéntrico imperante, tanto en hombres como en mujeres, y un proceso histórico de masculinización/ desfeminización tanto en los yacimientos como en la ciudad. Actualmente eso se traduce en la hipervisibilidad de las mujeres en las esferas de consumo y recreación, y su invisibilidad en el ámbito laboral. La masculinidad, entonces, funciona localmente (de manera más o menos hegemónica, como verdad indiscutida o con sus grietas) como un encuadre discursivo histórico general, que hace que las desigualdades de clase se retraduzcan en desigualdades de género.El petróleo es un terreno de hombres (y de exaltación de la masculinidad), pero un terreno en el que las mujeres no dejan de intervenir y negociar posiciones, ya sea desde adentro o desde afuera. En la construcción jerarquizada de género que se da al interior de la industria, y se extiende de los yacimientos a la ciudad, el régimen heterosexista imperante redunda en prácticas laborales remuneradas que han sido institucionalizadas en un paradigma normativo que ?regula la oferta y la demanda de acuerdo con fuertes disciplinamientos genéricos?. (Barrón López, 2012: 201) Así el género encuentra expresión en el ámbito económico, convirtiéndose ?siguiendo a la autora- en una lógica de mercado sumamente rentable. El petróleo es una tarea de hombres y lo femenino (junto al hogar, el matrimonio y la paternidad) queda fuera del espacio de producción, alejado física y socialmente de él.