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Hacetres décadas que el estudio de la acción de los carnívoros comenzó a instalarseprogresivamente en las investigaciones arqueológicas patagónicas. El bosque fueel primer ambiente en ser indagado desde una perspectiva tafonómica, a partirdel trabajo pionero de Luis Borrero en Tierra del Fuego, que dio cuenta de laactividad de los carnívoros sobre el registro óseo contemporáneo, estudiando lasmodificaciones producidas por zorros grises (Lycalopex griseus) y discutiendo esta información en función delregistro arqueológico. Este impulso inicial, fue replicado en otros sectores debosque en Patagonia meridional aunque sin alcanzar el desarrollo que tuvo latafonomía de carnívoros en las zonas áridas, lo que produjo un conocimiento máslimitado de la acción de estos agentes en el bosque. Asimismo, laheterogeneidad de este ambiente en Patagonia (tanto en un sentido norte-surcomo oeste-este), justifica el desarrollo de modelos locales, tarea que seviene desarrollando desde mediados de la década de 1990, a través de unprograma de generación de principios tafonómicos en el bosque del suroeste deRío Negro y el noroeste de Chubut . Este programa comprendió, entre otrasactividades, el estudio de carcasas de huemules y de otras especies deungulados modificadas por carnívoros en diferentes circunstancias y el análisisde una madriguera actual de zorro, con el propósito de caracterizar la acciónde los carnívoros y determinar el rango de modificaciones que producen en loshuesos. En esta oportunidad, presentamos la aplicación de la informacióntafonómica generada hasta el momento, junto con otros datos y modelos, alanálisis de los conjuntos óseos recuperados en el sitio arqueológico PoblaciónAnticura (valle del río Manso inferior, provincia de Río Negro, Argentina) conel fin de reconstruir los modos de interacción entre los seres humanos y loscarnívoros a través del tiempo en el bosque de estas latitudes (ca. 41° 30´Lat S). El sitio poseeocupaciones humanas datadas en el Holoceno temprano, medio y tardío quereflejan distintos modos de usar el bosque. Nos interesa, entonces explorar si estoscambios trajeron aparejadas modificaciones en la forma de relacionarse con loscarnívoros. La metodología empleada contempló la determinación anatómica ytaxonómica, el estudio de las modificaciones óseas y la aplicación de marcos dereferencia sobre la acción de los carnívoros. También se consideró lainformación biológica y etológica de los carnívoros del área y datos históricoso etnográficos sobre su aprovechamiento. Pudo determinarse que en el Holocenotemprano y medio (8200 a 7200 años 14C AP y 7200 a 4700 años 14CAP, respectivamente) el sitio se ocupó de manera alternada por humanos y carnívorosque usaron el lugar como madriguera. El carroñeo de conjuntos residuales y eluso de huesos de zorros para la confección de artefactos, así como lasevidencias de su consumo alimenticio en el Holoceno medio, muestran que tambiénhubo una interacción directa. Del mismo modo, en las ocupaciones de 3200-2300 y1600-1400 años 14C AP, se registran restos parciales de tres individuoshumanos, dos de ellos carroñados. Entre 1200 años 14C AP y lostiempos históricos, bajo condiciones de mayor redundancia y/o más permanenciaen el sitio, la acción de los carnívoros se refleja en conjuntos residualesintensamente carroñados, el aprovechamiento del zorro y del puma, y la posibleincorporación del perro como nuevo actor tafonómico. Estos resultados sugierenque desde el ingreso de los humanos a este sector de bosque se dierondiferentes formas de competencia entre éstos y otros predadores, no sólo por eluso de un espacio común, en dónde la discontinuidad temporal de las ocupacioneshumanas durante buena parte del Holoceno permitió que el sitio estuvieramayormente disponible para los carnívoros, sino también por la inclusión de loscarnívoros dentro del espectro de presas pasibles de ser aprovechadas.

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