INVESTIGADORES
BARROS Mercedes Maria
artículos
Título:
¿Feminismo populista? Reflexiones en torno de los proyectos emancipatorios de nuestro tiempo[
Autor/es:
BARROS, MERCEDES MARÍA,; NATALIA MARTINEZ PRADO
Revista:
#Lacanemancip
Editorial:
Todo Open Edition
Referencias:
Lugar: Madrid; Año: 2022
Resumen:
Desde distintas latitudes, el estudio del vínculo entre feminismo y populismo se ha visto enredado en enfoques que no sólo desconfían de la posibilidad de la relación en sí misma, sino que constantemente revelan en sus hallazgos incompatibilidades entre estos dos fenómenos -en mayor medida, respecto de los populismos de derecha- y ensombrecen la reflexión sobre su productiva coexistencia. En este contexto, el reciente libro de Paula Biglieri y Luciana Cadahia Siete Ensayos sobre Populismo representa una bocanada de aire fresco. El trabajo conjunto de estas teóricas políticas latinoamericanas abre una línea de indagación que, buscando superar el avance de la derecha y la perplejidad paralizante de la izquierda, propone una nueva forma de teorizar al populismo junto al feminismo. Al trazar un nuevo horizonte emancipatorio para nuestro tiempo, la intervención de Biglieri y Cadahia pone en primer plano un necesario desafío interpretativo que permite discusiones que no se habían abierto antes y que plantean una pregunta provocadora: ¿cómo podemos ser feministas y populistas sin tener que pedir disculpas por ello? El camino argumentativo de Biglieri y Cadahia comienza por un posicionamiento político: se reconocen, ante todo, como teóricas/militantes del Sur global. Esta posición implica situarse en el contexto latinoamericano y, desde allí, teorizar sobre las posibilidades de otro orden social global y las nuevas alianzas estratégicas para lograrlo. Su intervención intenta desbaratar el preconcepto habitual que infravalora la teoría del Sur, o que directamente utiliza al Sur sólo como caso de estudio para una teoría del Norte. Su empeño, además, es captar lo que hay de universalizable en las experiencias de la región, convencidas de que la comprensión de los problemas locales requiere una perspectiva global, así como un cuestionamiento de la habitual jerarquía de las fronteras de los Estados-nación. Ahora bien, desde esta posición concreta, proponen un enfoque arriesgado y provocador que rechaza la aparente insuficiencia del vínculo entre populismo y feminismo. Como teóricas y activistas posmarxistas, conscientes de las articulaciones y antagonismos de nuestro tiempo y, sobre todo, de los excepcionales acontecimientos dislocadores, creen que es crucial teorizar, imaginar y promover la articulación de estas dos tradiciones políticas. Por eso su libro termina con una apuesta clara: si son las luchas feministas del Sur las que están sacudiéndolo todo, las que revelan los límites de lo social y reestructuran el registro simbólico del campo popular, ¿por qué dudar de que una política populista emancipadora deba ir en otra dirección? Dicho esto, su planteamiento no se limita a asumir filiaciones feministas y populistas, sino que intenta desmontar y desplazar las posiciones que generalmente se dan por supuestas dentro de cada una de estas tradiciones. Porque, como se argumenta, “la base del encuentro fallido [entre populismo y feminismo] puede encontrarse en las reivindicaciones feministas que bloquean el antagonismo (y la negatividad), y en las propuestas populistas que niegan el papel del cuidado y la feminización de la política” En lo que sigue, nos centraremos principalmente en este proceso de desmantelamiento que respalda el esfuerzo de Biglieri y Cadahia por imaginar una posible articulación entre estos fenómenos. Pero junto a este análisis, también prestaremos especial atención a la peligrosa tentación que merodea sus esfuerzos analíticos: aquella que amenaza con cerrar las reflexiones que precisamente ayudaron a abrir. En otras palabras, en su persistente intento de forjar vías de comunicación entre el feminismo y el populismo, las autoras corren el riesgo de hacer un relato que acabe impidiendo la extrañeza de la política populista y, sobre todo, termine socavando la contingencia, la arbitrariedad y el poder de las fronteras que toda política hace nacer y que, por excelencia, el populismo pone en primer plano.