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Esta ponencia explora similitudes y diferencias en la gestión educativa de la pandemia de estas dos capitales latinoamericanas. No hay una mirada unívoca sobre la educación en pandemia. Más allá del género y la clase social, la experiencia tuvo sus particularidades según el nivel educativo. En el nivel inicial fue más complicado el paso a la virtualidad, mientras que en el nivel medio y superior propició posibilidades para quienes viven lejos, trabajan o desarrollan tareas de cuidado. Al mismo tiempo, estas condiciones fueron dificultosas para muchos/as, dado que el acompañamiento y la contención escolar tendió a ser menor, lo que incrementó la autogestión estudiantil y familiar.La metodología en Argentina consistió en 15 entrevistas en profundidad a docentes de Argentina y, con un grupo de investigación en Flacso coordinado por Pedro Núñez, una encuesta online a estudiantes (n: 600) entre 2020 y 2021. La metodología en México implicó 15 entrevistas en profundidad a docentes y 25 entrevistas (grupales e individuales) a 85 estudiantes de nivel medio en 2022. Más allá de algunas diferencias mayor creación de contenidos televisivos en México; más apoyo de centros estudiantiles y entrega de netbooks en Argentina son más las similitudes en la experiencia en ambos países: el dispositivo escolar fue difícil de reproducir a distancia, dado que la descorporalización provocó dispersión y dificultades de concentración, mayores problemas de estrés y salud, tanto en estudiantes como en familiares y docentes. Esto devino en problemas de aprendizaje y deserción, en particular en quienes carecieron de recursos para sostener la cursada. El principal déficit tecnológico institucional es la escasez de wifi, en particular en escuelas públicas y en sectores populares con bajo nivel de integración institucional.

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