Del anti-humanismo al anti-antropocentrismo. Derivas de la crítica al proyecto antropológico a partir del pensamiento de M. Blanchot

NOELIA BILLI

Avellaneda

Jornada; VIII Jornadas Nacionales de Antropología Filosófica "Animales, animales humanos y artefactos técnicos, entre el arte y la política"; 2017

UNMdP, UNLa, UNQ, UNGS, AAEA, AAdIE ? BA y UNDAV

Cuando Maurice Blanchot se refería a la literatura como "una voz venida de otra parte" cuyo efecto más evidente era el de extrañar al hombre (comprendido como sujeto interior de la representación), truncando así para siempre la antropogénesis que el lenguaje debía catalizar, aludía a una tercera persona (el "il", lo neutro). En una fatigada militancia anti-humanista, Blanchot dedicó su obra de madurez a establecer los parámetros de su lógica: la de la relación sin mediación, la significación al margen de las "luces" de la razón y, en tercer lugar, la narración que en lugar de identificar un sujeto a su término, lo descentra. La impugnación del humanismo, pues, fue paralela a la del idealismo, comprendiendo por éste la subsunción del lenguaje a los fines del hombre.Si bien durante el siglo XX esta deriva del pensamiento, que se hace patente en Blanchot, fue correctamente interpretada como una destitución del Hombre, el punto de vista permaneció cerca de la figura antrópica (ahora en ruinas). Sin embargo, ya entrado el siglo XXI, y ante la creciente preocupación por las transformaciones irreversibles en los modos de existencia de lo no humano (animal, vegetal y/o mineral) ligados al modo de producción de vida capitalista, aquella lógica blanchotiana encuentra una resonancia inusitada si se enfatiza el vector inhumano que en ella se trasluce. En este sentido, puede ensayarse un pasaje desde el anti-humanismo hacia el anti-antropocentrismo, forzando la comprensión de la "voz que viene de otra parte" como un habla "otra" que emerge de existencias vegetales o minerales. Así pues, a distancia de los intereses antropogénicos, sería posible hacer uso de la lógica blanchotiana para aventurarse en una ontología (que aquí consideramos "materialista" toda vez que no toma como punto de partida los fundamentos idealistas de la tradición occidental) que aborde lo que existe en sus mezclas y conexiones.