"¿Vive lo impersonal?"

NOELIA BILLI

Buenos Aires

Jornada; Jornada Nietzsche y la biopolítica. Viejos problemas, nuevas perspectivas; 2011

Proyecto PIP 2056, “La impronta nietzscheana en el debate filosófico contemporáneo en torno a la biopolítica”.

En Tercera persona. Política de la vida y filosofía de lo impersonal (2007), Roberto Esposito reinterpreta el diagnóstico biopolítico de nuestra época reconduciendo sus anteriores análisis en torno a lo que llamará el ´dispositivo de la persona´. Si bien la ´persona´ es aquella noción –políticamente correcta– que tenía por tarea corregir las fallas de los discursos y las prácticas de índole humanista (en principio, aunque no exclusivamente, la de aportarle una ´carnadura´ al en apariencia aún ´abstracto´ sujeto de derechos), operando una suerte de complejización (´extensión´ y ´ampliación´) de la categoría de ´sujeto´ o de ´hombre´, el análisis de Espósito pone de manifiesto la reposición de las dicotomías jerarquizantes que el dipositivo de la persona en última instancia habilita. Tomando como plataforma de despliegue este diagnóstico, el filósofo italiano elabora una noción de lo impersonal que funcionaría a modo de vector de resistencia a los dispositivos de la persona y, en consecuencia, a ciertos efectos inmunitarios no deseados que las nociones todavía enraizadas en lo personal instalan en los debates contemporáneos. En esta línea de análisis, Esposito rastrea lo impersonal como fuerza que emerge a través de diferentes disciplinas, genealogizando así un cierto léxico político que toma forma en los estudios biológicos de Bichat y avanza sobre la tradición occidental bajo diferentes modalidades, incluyendo un papel constitutivo tanto en las antropologías y sociologías biologizantes, como en los vitalismos filosóficos del siglo XIX. Recorriendo las interpretaciones de lo impersonal en el siglo XX, Esposito rescata una línea que va de S. Weil a G. Deleuze, línea en la cual lo impersonal no sólo funciona como el desarticulador del dispositivo de la persona, sino que lo hace (aunque con variantes) de un modo que habilita una ´biopolítica afirmativa´, una política de la vida –y no sobre ella– o una política del viviente en general. Esposito incluye en este linaje el pensamiento de M. Blanchot, especialmente aquellas zonas del mismo que se refieren a lo neutro y al anonimato. La intención de esta exposición es problematizar la lectura espositeana de Blanchot, por cuanto podría pensarse que el lazo que el filósofo italiano establece entre lo ´impersonal´ y lo viviente es una operación reductiva que no hace justicia a la elaboración de lo impersonal en el marco de la escritura blanchotiana. Teniendo en cuenta que uno de los principios de construcción del pensamiento de Blanchot reside en la noción de ´morir´ (como aquello que no sólo indica la radical ´impropiedad´ del sujeto, sino sobre todo que asigna el espacio de la subjetividad a un afuera ni vivo ni muerto: precisamente, a la materialidad de los cuerpos que exceden lo personal, lo humano y lo vivo), se intentará ubicar lo impersonal no en el campo de lo vivo o lo viviente, sino más bien como un ámbito que no tolera (o, en todo caso, precede) la distinción entre lo vivo y aquello que no lo es, toda vez que lo impersonal sería coextensivo a una materialidad an-archica en la cual se da la existencia sin ser. A partir de este examen, se pondrá de manifiesto que hay una vía de resistencia al biopoder que, a través de la reconceptualización de un cierto materialismo, deconstruye el campo de ´lo viviente´ en el cual los biopoderes operan con efectividad.