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La provincia de Mendoza localizada en el centro oeste argentino, dentro de la denominada diagonal sudamericana, depende para su subsistencia de lo que ocurre en las montañas, localizadas al oeste, en donde se originan los ríos más importantes. Estos se alimentan particularmente de la nieve caída durante el invierno y en menor medida de los glaciares. Si bien los glaciares no constituyen el aporte hídrico más importante desempeñan un rol fundamental puesto que constituyen reservas estratégicas de agua en estado sólido y contribuyen a la regulación de caudales, reduciendo las crecidas de deshielo y aportando recursos hídricos durante la época más seca. Por otro lado, los glaciares son considerados como los mejores indicadores terrestres del cambio climático. En el año 2010 se promulga la Ley de Glaciares 26.639 que tiene entre sus objetivos principales proteger los glaciares de Argentina considerados como reservas estratégicas de recursos hídricos y crear el Inventario Nacional de Glaciares (ING), donde se individualicen los glaciares con toda la información necesaria para su adecuada protección, control y monitoreo. El trabajo de inventario fue encomendado por Ley al IANIGLA y se inicia a nivel país y en particular en la provincia de Mendoza a mediados de 2011. El mapeo y caracterización de glaciares se basó en el análisis y procesamiento de información proveniente de sensores remotos y la integración, visualización y análisis de los datos se realizó dentro del marco de los Sistemas de Información Geográfica (SIG). Estos datos fueron luego verificados en el campo en sectores seleccionados. Como resultado de la realización del inventario, Mendoza cuenta con datos precisos y actualizados sobre la superficie, cantidad, tipo y distribución espacial de los glaciares. La provincia tiene 1239 km2 de hielo que están distribuidos en 4174 glaciares.

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