INVESTIGADORES
SILVA Maria Luisa
congresos y reuniones científicas
Título:
El desarrollo de la competencia de argumentación: observaciones y aportes a partir del análisis de un caso
Autor/es:
SILVA, MARÍA LUISA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; Congreso Internacional “La Argumentación: Lingüística, Retórica, Lógica, Pedagogía; 2002
Institución organizadora:
Insituto de Lingüística, Fac. de Fil. y Letras, Univ. de Buenos Aires
Resumen:
Dentro de las clasificaciones de las interacciones se considera que la conversación y la entrevista difieren en el hecho de que en la segunda la interacción cara a cara entre los participantes se “modeliza” diferente en función de que ambos consideran la construcción cooperativa de un texto para una audiencia y por ello ciertos fenómenos condicionarían la “espontaneidad” de la toma. Uno de los aspectos que más se destaca es la inhibición de los informantes ante la técnica. Consideramos que en el caso de la recolección de habla de niños, muchas de estas caracterizaciones responden a un tipo de interacción típica en la que el adulto se sitúa como evaluador y establece una interacción esporádica con los niños. En el caso del corpus que analizamos se trata de entrevistas semidirigidas con niños, en las que dado el tipo de permanencia del entrevistador en las aulas, el planteo del uso de la técnica como una tarea compartida y la escasa reflexión acerca de las condiciones de  escucha,  estas entrevistas muchas veces se asemejan a conversaciones cotidianas con la diferencia que el entrevistador comparte menos supuestos con el niño entrevistado por lo cual el niño  se encuentra con la imposibilidad de contextualizar o erosionar en demasía el mensaje a transmitir. Creemos que principalmente este hecho ha favorecido el surgir del discurso argumentativo en las interacciones ya que el niño se esmera, ante un tópico polémico, por construir argumentaciones orientadas hacia su propia meta comunicativa. Paradójicamente, los trabajos de índole psicológica minimizan la posibilidad de que los niños pequeños sean capaces de construir argumentaciones(Brasart, 1996; Golder y Coirier;  1996 y Sánchez y Álvarez, 1997). Lo que hemos observado en nuestro corpus es que ante un tópico altamente significativo nuestros hablantes desarrollan estrategias y recursos argumentativos variados y que nunca dejan de lado la meta comunicativa del género discursivo: convencer u obtener la adhesión del oyente. Analizaremos el proceso argumentativo en gestión, es decir contemplaremos el uso de ciertos recursos en perspectiva dinámica  ya que, si tradicionalmente se ha caracterizado al dominio argumentativo como el ejercicio de la capacidad retórica que posibilita que una postura adquiera privilegio o adhesión,  solo podemos entender el uso y disposición de los recursos en  tanto “movimientos argumentativos realizados explícita o implícitamente en la interacción. El dominio del movimiento argumentativo es la unidad de sentido.( Gille, 2001 )” Entender entonces  el movimiento argumentativo de las interacciones orales conlleva ampliar el campo del estudio lingüístico tradicional (el espacio del enunciado) para comprender el funcionamiento de fenómenos típicamente considerados tangenciales, estilísticos o propios de la características psicológicas del hablante. Es decir en nuestro análisis procuraremos reflejar la complejidad del análisis de las interacciones orales en tanto instancias discursivas complejas y múltiples (Bauman & Briggs, 1990; Carranza,1992; Carranza, 1996). Además creemos que el marco de la Teoría de la Argumentación en la Lengua (Anscombre & Ducrot, 1985) nos permite identificar cuál es el uso que nuestros hablantes le asignan a los ítemes léxicos, a los conectores y cuáles son las herramientas que privilegian al estructurar discursivamente los Bloques Semánticos. En este caso presentamos un breve análisis del uso de conectores, la configuración de Modificadores  Realizantes, Desrealizantes y Surrealizantes y el análisis de las características de los Bloques Semánticos que se estructuran en una entrevista entre un adulto y un niño de 5: 10.