La irrupción de la escritura en el tiempo

AGUSTIN VOLCO

Las aventuras de la inmanencia

Cuadernos de Nombres

Lugar: Córdoba; Año: 2002; p. 61 - 72

El punto de partida de este ensayo será la pregunta: ¿Por qué leemos libros viejos?, o dicho de otro modo, ¿por qué perduran ciertos escritos en el tiempo, de modo tal que siguen siendo leídos una vez desaparecido el mundo en el que fueron creados? Existen libros que tienen la cualidad de pertenecer a un tiempo y, simultáneamente, decir algo (o resultar significativos) a otros mundos que no son aquel en que fue dado a luz. Escritos que pueden ser leídos, como si dijéramos, siempre en presente. Sostendremos que existe un carácter enigmático en estos textos, que no permite que sean “elucidados” por completo o agotados en su interpretación o comprensión. Diremos, en principio, que toda “comprensión”, toda “interpretación” de un texto, debe ser forzosamente discursiva, y que, sin embargo, existe un fragmento de la existencia del texto que no puede ser expresada, y que se resiste a ser transcripta de un modo discursivo. En suma, que se trata de objetos que están completos en sí mismos y sin embargo, encuentran la fuente de su inspiración y perdurabilidad fuera de sí.