Ciudadano extranjero ¿una contradicción de los términos?

PENCHASZADEH, ANA PAULA

Santa Rosa

Workshop; I WORKSHOP INTERNACIONAL ?HISTORIA CONSTITUCIONAL Y DESAFÍOS A LAS INSTITUCIONES JURÍDICAS; 2014

Universidad Nacional de la Pampa

En la actualidad son varias las voces que insisten en la idea de que la extensión de la ciudadanía debería basarse ante todo en un cuestionamiento de la nacionalidad como fundamento (al menos exclusivo y excluyente) de la ciudadanía. Es preciso extender la ciudadanía sumando al criterio incondicional de nacionalidad, el criterio condicional de la residencia para la determinación de la participación política. La democracia, como promesa abierta de inclusión de todos y todas aquellos que aún no tienen lugar en la cuenta de las partes, debe poder interpelar las fronteras de la ciudadanía e interrogar el carácter de sus fronteras. Sin embargo, renunciar a pensar el concepto de nacionalidad en su relación con la ciudadanía en el horizonte de las migraciones no debería ser una decisión tomada a la ligera. La nacionalidad tiene una potencia dislocatoria y desterritorializadora fundamental sobre la comunidad política: esto se ve muy claramente cuando se abordan las luchas por el reconocimiento de los nacionales que viven en el extranjero. En estas luchas se ponen en jaque los criterios de "presencia y cercanía" a una cierta comunidad para integrar la cuenta de sus partes, es decir, se puede pensar aquí una cierta forma de la "comunidad sin comunidad". Por otro lado, la nacionalización de extranjeros, como mecanismo de "ciudadanización", asegura el conjunto de derechos propios de una ciudadanía plena, a saber: los derechos políticos y el derecho a no ser expulsado y a ser tomado de forma incondicional como parte de la comunidad.