INVESTIGADORES
PENCHASZADEH Ana Paula
congresos y reuniones científicas
Título:
El ensayo filosófico. Un diálogo con el padre de la filosofía
Autor/es:
PENCHASZADEH, ANA PAULA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Conferencia; ¿Es la ficción necesaria?; 2015
Institución organizadora:
FLACSO ARGENTINA
Resumen:
El ensayo filosófico es necesariamente un texto inconcluso. Es un "ensayo" porque no intenta captar la totalidad ni presentarse como el resultado final y último de una obra. Es simplemente, y no por ello menos importante en la trama de una reflexión, el ejercicio singular de una escritura que renuncia, desde el comienzo, a la propiedad sobre el texto y se abre sin más a la exposición al otro, a lo que viene. La escritura, para el ensayista filosófico, no es la simple cristalización de un sentido pretérito y prefijado cuya esencia es "traducida" y volcada en el papel, es pura performatividad, un cierto hacer donde el ser-que-está-en-proceso-de-ser es eyectado en el mundo en cuanto tal.Elegimos aquí mantener un diálogo entre dos autores que pueden ayudar a iluminar una parte del camino recorrido por la filosofía occidental en su vínculo con la escritura: Platón y Derrida. El elemento que liga a estos autores es la concepción de la escritura como medicina (fármacon) y conjuro frente al olvido, la ausencia y la muerte. Hay filósofos que se afanan en buscar la claridad diurna de los conceptos, y filósofos que caminan en la oscuridad de la noche buscando ése punto donde las distintas dimensiones se visitan y se contaminan para conformar un corpus abierto en el que son imposibles los estados "puros". La escritura sólo puede arruinar el proyecto de los primeros y facilitar el camino de los segundos. Platón y Derrida creen profundamente en el carácter político de la filosofía. Creen que la filosofía es referencial al movimiento de construcción del piso que pisamos para vivir y guardan una atenta conciencia trágica del tiempo y del espacio. Invocan secretamente el demonio de lo abierto, viendo en el gesto humano de filosofar el deseo de conjurar, a través del accionar y la palabra, la herida sin sutura de la existencia.