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La discusión en torno al límite meridional de la dispersión agrícola ha abordado diferentes problemas, los cuales no son ajenos a los procesos acontecidos en otras regiones del mundo (Winterhalder y Goland 1997; Layton 1991). Estos tienen que ver con la variabilidad del registro vinculada a la dinámica territorial de los límites, la interacción entre cazadores-recolectores y agricultores y el grado de dependencia de las poblaciones sobre las plantas domésticas. Cada uno de estos temas tiene fuertes implicancias en los patrones de movilidad involucrada. El modelo estereotipado para el Centro Occidente propone pequeñas familias que arribaron con el conocimiento agrícola (Lagiglia 1981; Lagiglia 1999), y como muchas veces sucede los estereotipos son un buen punto de partida para luego explorar la variabilidad que se aparta de tal norma. La reducción en la movilidad que implica la agricultura (en cualquier escala) tiene correlatos tecnológicos y en el resto de la subsistencia, los cuales pueden ser monitoreados desde el registro arqueológico (James 1990; Slutzer y Bayham 1989). La incorporación de la tecnología cerámica, y los cambios producidos en la misma, las variaciones en las estrategias de acceso a las fuentes de materia primas, la estructuración de las redes de intercambio y la especialización de la caza sobre presas de gran tamaño, pueden ayudarnos a entender el impacto de la agricultura entre los grupos humanos de la región.La dieta humana inferida a partir de los estudios arqueofaunísticos, arqueobotánicos e isotópicos, han mostrado un panorama muy variable dentro de la región, cuyo correlato en la movilidad comenzó a ser discutido a partir de la tecnología y de los análisis de isótopos (Gil et al 2011a; Gil et al 2011b; Neme et al 2008; 2015). En este trabajo se discuten las variaciones en la movilidad en las escalas espacial y temporal, como una forma de acercarnos a los cambios en la dieta que llevaron a la adopción de recursos domésticos dentro de la región. Para esto se usan datos isotópicos, arqueofaunísticos, arqueobotánicos y de tecnología lítica y cerámica. Los primeros resultados de la comparación entre sitios arqueológicos con restos de plantas domésticas vs aquellos sin plantas domésticas, localizados en el límite de la dispersión agrícola prehispánica del sur de Mendoza (ca. 35°-35° LS), permite visualizar tendencias tecnológicas y de subsistencia que diferencian claramente los conjuntos analizados.

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