INVESTIGADORES
PLOPER Leonardo Daniel
congresos y reuniones científicas
Título:
Manejo de enfermedades de fin de ciclo en el NOA y nuevas patologías en soja
Autor/es:
PLOPER, L.D.
Lugar:
Salta, Argentina
Reunión:
Jornada; Jornada Dossier Agropecuario “Granos y Tabaco”; 2010
Institución organizadora:
Revista Dossier Agropecuario
Resumen:
El cultivo de la soja [Glycine max (L.) Merr.] es de gran importancia para el noroeste argentino (NOA). Los primeros lotes comerciales de soja se realizaron en la provincia de Tucumán en la primera mitad del siglo XX, pero se transformó en un cultivo de importancia recién a partir de la década de 1960. La mayor expansión del cultivo ocurrió a partir de la década de 1990. A medida que pasaron los años desde la introducción y difusión de la soja en el norte argentino, las enfermedades que afectan al cultivo fueron gradualmente adquiriendo importancia. Sin embargo, no fue sino hasta la década de 1990 en que comenzaron a manifestarse problemas serios atribuidos a patologías del cultivo. La difusión de cultivares susceptibles, la falta de rotación de cultivos y la adopción generalizada de sistemas de labranza conservacionista, contribuyeron al aumento de inóculo en los lotes, con el consiguiente incremento en los niveles de infección de las diferentes enfermedades. Incluso, a partir de la ocurrencia de severas epifitias, se empezó a percibir a las enfermedades como factores de alto riesgo para la producción de soja. Todavía hoy se recuerdan las severas pérdidas ocasionadas por el cancro del tallo (causado por Diaporthe phaseolorum var. meridionalis) en las campañas 1996/97 y 1997/98, por la mancha ojo de rana (Cercospora sojina) en 1999/2000, y por la podredumbre carbonosa del tallo (Macrophomina phaseolina) en 2000/01 y 2002/03. Otras enfermedades endémicas, como diversas podredumbres de raíces y tallos así como manchas foliares, causan anualmente significativas disminuciones de rendimiento. Las pérdidas registradas hasta el presente han sido variables, dependiendo del año, del lote, del cultivar sembrado, de las prácticas agronómicas utilizadas, de las condiciones ambientales en los diferentes estados de crecimiento del cultivo, etc. A partir de la campaña 1998/99, se comenzó a dimensionar la magnitud de las pérdidas que causaban las denominadas “enfermedades de fin de ciclo” (EFC). Se incluyen dentro de este complejo a: mancha ojo de rana, mancha marrón (Septoria glycines), tizón de la hoja (Cercospora kikuchii), mancha anillada (Corynespora cassiicola), mildiú (Peronospora manshurica), mancha foliar por Alternaria (Alternaria spp.), tizón de la vaina y del tallo (Diaporthe phaseolorum var. sojae), y antracnosis, (Colletotrichum spp.), entre otras. Asimismo, se debería agregar a este grupo a la roya asiática (Phakopsora pachyrhizi), ya que en el NOA la experiencia de siete campañas indica que esta patología recién se manifiesta en los estadios reproductivos. Si bien tiene características epidemiológicas diferentes del resto de las EFC, su manejo hasta aquí ha sido casi similar. Existen además otras enfermedades foliares que progresivamente van incrementando su incidencia y severidad en el NOA. Tal es el caso de la mancha foliar por Myrothecium y la mancha foliar por Stemphylium. Asimismo, existen otras patologías que si bien aparecen casi todos los años, sus niveles hasta aquí no han generado preocupación, como por ejemplo la mancha foliar zonada (Gonatophragmium mori). Esta enfermedad hasta aquí no ha sido descripta en otras regiones productoras de soja. Para la prevención y control de las EFC se pueden utilizar métodos culturales, químicos y biológicos. Un manejo eficiente de las enfermedades requiere la integración de estos métodos en programas compatibles con prácticas culturales, control de malezas e insectos, y sobre todo con el manejo económico del cultivo. Programas de esta índole procuran disminuir la cantidad de inóculo disponible para el inicio de epifitias y alterar las condiciones favorables para el desarrollo de las enfermedades.