INVESTIGADORES
BALBOA Luciana
congresos y reuniones científicas
Título:
Células NK productoras de Interferón IFN-g; en el diagnóstico diferencial de la pleuresía tuberculosa. Un ensayo funcional mediado por células de la inmunidad innata.
Autor/es:
SCHIERLOH P; YOKOBORI N; ALEMÁN M; GEFFNER L; BALBOA L; ROMERO M; BASILE J; MUSELLA R; CASTAGNINO J; ABBATE E; SASIAIN MC
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Simposio; Avances en Inmunología Básica y Aplicada: De la mesada a la Clínica; 2008
Resumen:
En 1993, la OMS declara a la tuberculosis como emergencia sanitaria mundial ya que es la principal causa de muerte por un único agente patógeno. Para el 2006 fueron estimados por la OMS 9.200.000 nuevos casos de la enfermedad, con una tasa global de 139/100.000 habitantes (W.H.O, 2008). En nuestro país se notificaron 11.242 casos en el año 2005 con una tasa de 29,1/100000 habitantes, tasa ésta que varía según las provincias (Tuberculosis. INER, 2006). El derrame pleural tuberculoso es la localización más común de la infección tuberculosa primaria, ya sea en niños mayores, adolescentes o adultos jóvenes. Ocurre hasta en un 10 % de los pacientes de sexo masculino y algo menos en el sexo femenino. La pleuresía es, entonces, común en la TB primaria. Las íntimas conexiones linfáticas, de la zona cortical pulmonar y de los ganglios intratorácicos con la pleura, explican fácilmente que las lesiones pulmonares o ganglionares tuberculosas, pueden determinar, por propagación linfática, una reacción pleural con o sin derrame. Sin embargo se acepta que más frecuentemente la infección pleural se hace por contigüidad, pudiendo a veces la vía hemática ser la responsable de la pleuresía. La pleuresía tuberculosa ha sido descripta como una reacción de hipersensibilidad retardada mediada por linfocitos T unida a una buena resistencia específica que provoca la intensa reacción exudativa, e impide la evolución exudativo-caseosa de las lesiones. Los pocos bacilos que ingresan en la cavidad pleural son destruidos y de ahí la dificultad en hallarlos en el material extraído por punción. Este hecho, y frente a un examen directo de esputo negativo, dificulta el diagnóstico rápido de pleuresía de origen tuberculoso, dado que se debe recurrir al cultivo bacteriológico del líquido pleural que puede llegar a demorar mas de 30 días, o al examen histopatológico que demora 7-10 días.