Influencia de la percepción que tienen los niños de la relación con sus padres sobre el afrontamiento, la inestabilidad emocional, el comportamiento prosocial y la agresión física o verbal autopercibida.

KOHAN CORTADA, A. , FERNANDEZ, C.

Buenos Aires

Congreso; VI Congreso Argentino de Salud Mental SEXO Y PODER. CLÍNICA, CULTURA Y SOCIEDAD; 2011

AASM

La percepción que los niños tienen acerca de la relación con sus padres impacta fuertemente durante el desarrollo posterior. Sin embargo, no es en sí el comportamiento de sus padres sino la percepción que los niños tienen del tipo de relación desarrollada con ellos. Pueden sentirse contenidos y aceptados por sus padres como así también sentir que sus necesidades psicológicas están cubiertas, por lo que logran enfrentar los conflictos de una forma más flexible, activa y positiva, son más prosociales lo cual ayuda a modelar la agresión, ya sea física o verbal y han aprendido a regular sus emociones eficazmente (Lazarus, R. S. 2000). Por el contrario, cuando la forma de interacción de sus padres hacia ellos es coercitiva y sus necesidades son ignoradas, los niños aprenden a reaccionar frente a las situaciones problemáticas de manera pasiva o rígida presentando inestabilidad emocional y agresión, que puede ser tanto verbal, (como gritar o insultar) o como física, (como dar patadas o morder). Está demostrado que el estrés percibido es influido por el medio familiar, de ahí la importancia del estudio de la relación entre estas variables, (Lazarus, R.S. 1986). Se han realizado diversos estudios utilizando los instrumentos presentamos aquí pero en otras culturas como la española con muestras más grandes; pero en nuestro país, si bien existen varios trabajos que estudian las relaciones entre el estilo parental percibido y el afrontamiento (Richaud de Minzi, 2006), no se han encontrado que incluyan y además analicen las relaciones de estos dos constructos mencionados con los planteados por Caprara, G. V., & Pastorelli, C. (1993), como los comportamientos prosociales, la inestabilidad emocional y la agresividad física o verbal.