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De un modo algo sorprendente, la justicia social se ha convertido en el horizonte normativo casiexcluyente de nuestro presente histórico. Esto se corrobora al revisar las proclamas más sustantivas de los principales actores y movimientos que progresan en América Latina y en las restantes esferas de la sociedad mundial. Por su misma amplitud inédita, tal horizonte dista de ser homogéneo. Desde cada punto del arco ideológico se ponen en juego ideas de justicia social que se diferencian, se oponen o bien directamente no dialogan con las restantes. Este fenómeno de fragmentación y de desencuentro normativo, enlazado a determinados cambios materiales de las sociedades, afecta especialmente al campo de las fuerzas progresistas. Atendiendo al escenario esbozado, me propuse avanzar en el desarrollo de un esquema normativo de clasificación de base sociológico, que pueda conectar, integrar y reprocesar las principales ideas de justicia social que conviven en la actualidad.Esta reclasificación de las ideas de justicia preexistentes la concibo como un primer paso para luego poder ofrecer una nueva fórmula de síntesis. A ésta última la denomino justicia social mundial. En mi esquema organizador distingo cuatro nociones generales de justicia social preexistentes: i) La justicia social como igualdad de posiciones; ii) la justicia social como igualdad de oportunidades; iii) La justicia social como meritocracia, y iv) la justicia social como igualdad de supervivencia. Estas cuatro constelaciones normativas se encuentran en posiciones y en estados de despliegue diferentes en cada localización de América Latina y del conjunto de la sociedad mundial. Algunas son dominantes y otras no, algunas proliferan de una forma expansiva y otras se sostienen sin cambios, o bien experimentan un movimiento de retracción. En el presente trabajo me ocuparé exclusivamente de desarrollar la noción de justicia social como igualdad de supervivencia.

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