Diversidad lacertofaunística en la Reserva de la Biosfera San Guillermo, provincia de San Juan.

CABRERA, MARIO R.

Córdoba

Jornada; Jornadas de Investigación y Manejo de Fauna Silvestre; 2011

Zoo Córdoba/Municipalidad de Córdoba

La Reserva de la Biosfera San Guillermo ocupa una superficie de 981.460 hectáreas en el norte de la provincia de San Juan. Su área núcleo es el Parque Nacional San Guillermo, de unas 150.000 hectáreas de extensión. Se destaca como una de las áreas naturales argentinas de mayor interés biogeográfico y arqueológico. Están representadas allí las ecorregiones Altoandina, de la Puna y el Monte de Sierras y Bolsones. Es el mayor ecosistema árido de Sudamérica con un conjunto original de fauna nativa: alberga a la mayor concentración natural de Vicugna vicugna y Lama guanicoe, y brinda protección a poblaciones importantes de otros vertebrados como Puma concolor, Oreailurus jacobita, Pterocnemia tarapacensis y Hatcheria macraei. El Parque es todavía razonablemente prístino porque es de acceso dificultoso. Hasta el 2005 sólo cinco especies de reptiles, todos lagartos, habían sido citadas para San Guillermo. Esta investigación, llevada a cabo con el biólogo de Parques Nacionales Julio Monguillot y con la colaboración de colegas de la Universidad Nacional de San Juan, se planteó como objetivos caracterizar la identidad taxonómica y la distribución geográfica de la lacertofauna de la Reserva, con énfasis en el Parque Nacional; evaluar la presencia de taxones citados previamente pero no hallados en los últimos 15 años; diagnosticar y describir formalmente aquéllos nuevos para la ciencia, y sugerir acciones tendientes al amparo de poblaciones endémicas o raras. En la actualidad el conjunto lacertofaunístico de esta gran área incluye no menos de diez especies, entre ellas dos endemismos de la Reserva, Phymaturus punae y Liolaemus eleodori, y dos dentro de los límites del Parque Nacional, Liolaemus montanezi y L. cinereus. Planicies extensas entre los 3.000 y 4.200 metros de altura, rodeadas por cordilleras y profundas quebradas han determinado sitios aislados que habrían favorecido procesos de especiación durante las fluctuaciones climáticas del Pleistoceno-Holoceno.