Lo impropio.Experiencia, subjetividad y memoria

DIEGO TATIÁN

Crítica del testimonio. Ensayo sobre las relaciones entre memoria y relato

Beatriz Viterbo

Lugar: Rosario; Año: 2009; p. 49 - 65

Presumiblemente, al igual que el conocimiento, la memoria –que como él es una construcción, un ejercicio y una decisión- está afectada por pasiones, o, de manera más general, por intereses. ¿Cuáles son las pasiones de la memoria? Los Antiguos pensaban que algunas pasiones (como la esperanza o el miedo) remiten al futuro; que otras, como la ira, el odio, el amor o la crueldad son pasiones del presente. Las de la memoria, por su parte, serían pasiones del pasado: acaso la principal y más inmediata sea la venganza, aunque también otra, diferente si no inversa, que designan palabras como arrepentimiento, remordimiento, culpa. Se trata de pasiones que no necesariamente deforman un recuerdo, pero sí afectan su sentido y su inscripción en la vida, tanto individual como colectiva. Estas pasiones –la venganza, el arrepentimiento-, que involucran de manera radical motivos como el de la justicia, el castigo o el perdón, presentan en su experiencia una temporalidad anárquica, imprevisible, sustraída del ordenamiento cronológico. Y si bien en un sentido inmediato afectan de manera decisiva la singularidad de la primera persona, en otro sentido es posible que vayan más allá de ella y den testimonio de algo que, provisoriamente, vamos a llamar lo impersonal –“algo”, una experiencia paradójica por cuanto, en rigor, nadie es sujeto de esa experiencia.          Más allá de la ley, la ciencia, la política y los derechos humanos, que tratan siempre de las personas, de su desarrollo, su administración, su conocimiento y sus derechos, gravita algo impersonal, infantil (en el sentido de in-fans), anónimo, indisponible, impropio. Pensar esta dimensión de la vida, incluso en situaciones de horror, podría resultar indispensable para una inteligencia de lo que no se deja aprehender o sólo se muestra de manera aporética.