INVESTIGADORES
CHEIN Diego Jose
congresos y reuniones científicas
Título:
Variación de la noción de relato folklórico a través de sus transcripciones: desde las “tradiciones” de Joaquín V. González hasta la consolidación del campo de la folklorología.
Autor/es:
DIEGO JOSÉ CHEIN
Lugar:
Santa Rosa – La Pampa
Reunión:
Congreso; VII Jornadas de Estudio de la Narrativa Folklórica. ISFNR Interim Conference; 2007
Institución organizadora:
Internacional Society for Folk Narrative Research – Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano – Subsecretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa
Resumen:
A partir de la obra de Joaquín V. González se inscribe en el incipiente campo intelectual argentino un duradero paradigma de representación de los relatos orales que mantendrá una significativa influencia hasta la emergencia del campo disciplinario de la folklorología a mediados de la década de 1930. El objeto de la transcripción es concebido como “tradición”, una noción que hacia fines del siglo XIX hacía referencia a ciertos sucesos que forman parte de la memoria de un pueblo o grupo y que expresaría el sentimiento o espíritu del mismo en un momento dado de su historia. Desde entonces, y a través de la posterior obra literaria de autores como Ricardo Rojas, Juan Carlos Dávalos, etc., el objeto de transcripción será entendido no como un texto concreto, sino como puro contenido, como una historia o argumento carente de forma. En este sentido, la operación formal que los inscribe en el circuito letrado no será percibida como alteración de una forma original, sino como el acto de dotación de una forma elevada y duradera a algo que carecía de ella. No tienen lugar aún las nociones de “versiones” y “variantes”, y, en sentido estricto, el relato carece de “informante”. El tópico del viaje de retorno al pago natal, a partir del cual González, y luego muchos otros escritores, enmarcarán sus relatos, establece los polos de una dualidad que constituye y legitima al sujeto de la transcripción: Capital / provincia, ciudad /campo, edad adulta / infancia. Se trata de un sujeto dual que reúne y articula en su seno la esencia original del espíritu nacional, derivada de un contacto no mediado con las fuentes populares del mismo, y la elevada formación de la cultura occidental; un sujeto bifronte capaz de recuperar sin mella la esencia popular y otorgarle una forma literaria elevada. González desarrolla la construcción del sujeto dual de la literatura nacional (popular y culto), en confrontación con otros letrados de la capital nacional, como una estrategia tendiente a convertir el origen provinciano en un valor específicamente intelectual. El origen provinciano constituiría la base de una cualificación esencial e intransferible para la producción de una auténtica literatura nacional. En las últimas dos décadas del siglo XIX, todavía no puede hablarse de la configuración de una capital literario específico dado que apenas comienzan a manifestarse las tensiones hacia la especialización de esta actividad. González concibe su propuesta acerca de una auténtica literatura nacional como una forma alternativa a la de la historiografía liberal de Mitre. Ya en la obra de Rojas y, sobre todo, de Dávalos, reaparece la construcción del sujeto dual (popular y culto a la vez) como base de la apuesta por un capital simbólico ahora definido en términos específicos de la actividad especializada en el campo literario. En un momento en que una de las divisiones estructurales del campo literario enfrentan a los escritores “regionalistas” con los que aspiran a la “universalidad”, la dualidad del sujeto intelectual es recuperada por aquellos en términos de una oposición específica del campo literario: autenticidad nacional versus mera exploración formal y estética. Con la emergencia del campo de la folklorología como disciplina científica autónoma, el objeto de la transcripción es concebido por primera vez como la realización de un texto oral concreto. Es ahora un elemento de una base empírica constatable y proviene de un informante identificable. Ahora que el objeto de transcripción ha dejado de ser un contenido carente de forma, se hace posible el planteo del problema de la alteración de la forma original. La forma final que presenta la transcripción  requiere entonces una justificación basada en algún criterio objetivo, no puede simplemente ampararse en el recurso de la libertad creativa del artista. Al mismo tiempo, para los folklorólogos, el relato folklórico el rastro de algo que está en el pasado y que debe ser recuperado y reconstruido. Los criterios para juzgar la fidelidad de la transcripción en relación con el texto oral son relativos aquello que constituye el objeto de la búsqueda, aquello de lo que el relato es un rastro. La exhibición de saberes regionales y de saberes eruditos, que ya tenía lugar en las transcripciones literarias, reaparecen regularmente en la producción de los folklorólogos, pero tanto su lugar en los textos como su función estratégica han cambiado. Estos abandonan el espacio textual de la transcripción y se inscriben en los paratextos. Y, en función de abonar la apuesta por un tipo de capital disciplinario específico diferente, cobran nuevas significaciones y nuevos valores en el contexto de la confrontación entre folklorólogos de provincia y folklorólogos de la capital.