INVESTIGADORES
CHEIN Diego Jose
congresos y reuniones científicas
Título:
Presiones sociales en la definición de lo auténtico. La reacción de los folklorólogos frente a la circulación del folklore en las industrias culturales.
Autor/es:
DIEGO JOSÉ CHEIN
Lugar:
San Miguel de Tucumán - Tucumán
Reunión:
Congreso; Transformaciones. Prácticas Sociales e Identidad Cultural; 2007
Institución organizadora:
Programa CIUNT H333 del IHPA, Facultad de Filosofía y Letras de la UNT
Resumen:
El propósito central del trabajo es el de recuperar algunas de las claves ideológicas de la exclusión del rechazo de la cultura de masas en los discursos nativistas de una identidad nacional, aquellas que señalan una continuidad entre las primeras perspectivas de articulación de este discurso en la obra finisecular de autores como Joaquín V. González, Rafael Obligado o Martiniano Leguizamón, y las que promueven los primeros folklorólogos en la etapa de constitución y consolidación del campo disciplinario de la folklorología. Ya en los discursos del primer nativismo culto emergen como elementos esenciales de una cultura nacional los valores de la autenticidad y la pureza, referidos a un espíritu nacional original e incontaminado. El juicio de valor mediante el cual los intelectuales atribuyen o deniegan la autenticidad de una forma cultural, es decir, su carácter de expresión auténtica del espíritu nacional, involucra un doble movimiento: uno mediante el cual se atribuye el origen del valor a un sujeto social otro (el campesino nativo, el folk), y otro a través del cual el intelectual se reserva la autoridad para justipreciarlo. Desde un comienzo en el campo intelectual nacional en general, y más tarde con mayor énfasis en ámbito específico del campo de la folklorología, la autoridad para delimitar y apreciar la autenticidad constituyó un objeto de luchas. El ejercicio del juicio de valor de la autenticidad implica siempre la operación de poner límites: los límites entre lo que expresa el verdadero espíritu nacional y lo que no lo hace, entre lo valioso y lo que es carente de valor o incluso pernicioso. En los discursos anteriores a la constitución del campo de la folklorología, la apelación a criterios de distinción estética propios de los sectores sociales cultivados como fundamento de la definición de los límites de la autenticidad es bastante explícita. Los folklorólogos, por el contrario, buscan fundar científicamente estos límites en criterios que puedan ser reconocidos como objetivos. Sin embargo, el modo en que separan y evalúan la “proyección literaria del folklore”, por un lado, y el “falso folklore”, es decir, el folklore tal como circula en la industria cultural, por el otro, pone en evidencia la continuidad de los criterios de distinción de clase tras el velo de presunta objetividad. Los mismos se articulan en el marco de una visión general de la realidad social y del proceso histórico fundado en oposiciones como espiritualidad/materialismo, “pueblo”/ “masa”, etc. Se proyectan tanto sobre el “pueblo” (el “folk”) como sobre las “masas” los valores y la concepción de la cultura propia de los intelectuales (“permanencia” vs. “moda pasajera”, “gusto creador” vs. “gusto consumidor”, etc.) y, al mismo tiempo, estos últimos se reservan la autoridad para apreciarlos e identificarlos. Esta perspectiva, que cubre un amplio espectro de posiciones políticas (crítica del proceso de modernización expresando la perspectiva oligárquica o la de sectores campesinos, abierto repudio de las masas o pretensión de rescatar al pueblo de su masificación, etc.), constituye en definitiva una clara afirmación de los valores de clase de quienes detentaban la alta cultura, o para ser más exactos, los valores característicos de una fracción específica de la clase dominante: el sector de los intelectuales.