INVESTIGADORES
LEON Denise
congresos y reuniones científicas
Título:
“Los mitos de autor en Ana María Shua”.
Autor/es:
DENISE LEÓN
Lugar:
Salta
Reunión:
Congreso; VII Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y II Congreso Iberoamericano de Estudios de Género; 2003
Institución organizadora:
Comisión de la mujer, GESNOA y Universidad Nacional de Salta
Resumen:
Cuando Roland Barthes, en su famoso artículo, se ocupaba de matar al autor cumplía quizás un gesto necesario al volver la mirada hacia la obra como un universo autosuficiente y al rol fundamental del lector. Sin embargo, el debate metodológico sobre las fuentes biográficas dista mucho de haber sido clausurado. Aunque ya no se trata de explicar la obra artística a partir del acontecimiento biográfico, diversas voces se han propuesto restituir al texto el espesor y la riqueza de la vida del creador. La figura del autor sigue ejerciendo su magia, una especie de aura que acompaña a los textos. Como si al curioso lector  le interesara no sólo la vida de los héroes, sino también la de los creadores, la relación del texto con esa figura que “le es exterior y anterior".      También es cierto que desde los propios textos se generan ciertas imágenes. Todo creador de ficciones construye una ficción de sí mismo desde la que pretende que sus textos sean leídos, construye mitos, en fin,  inventa su identidad de escritor.  A través de escrituras que operan en los márgenes de su propia producción como diarios íntimos, secretos, correspondencias privadas, biografías ficcionales, borradores, cuadernos de notas, se construyen los distintos rostros del sujeto. Posiciones provisorias o definitivas  que pueden acercarlo o alejarlo de la trama de la normalidad, máscaras a las que siempre rodea a un enigma, el enigma de la escritura.      La producción de la escritora argentina Ana María Shua se despliega como un inmenso abanico que abarca una gran diversidad  genérica que va desde la literatura infantil al guión cinematográfico pasando por el cuento, la novela, las recetas de cocina, el periodismo y las micro ficciones.  Considero importante señalar que, como afirma Michel Foucault, el nombre de autor es un nombre propio, que tiene un cierto vínculo indefinible con lo que nombra, pero que tampoco es un nombre propio cualquiera.Nacida Ana María Shoua, cambió su apellido a la hora de firmar sus creaciones, es decir en el momento de transformarse en autora. Se crea un yo que es simultáneamente biográfico y ficticio, una identidad que clasifica los discursos, que los distingue de la palabra cotidiana, los recorta y caracteriza de alguna manera.      También es cierto que desde los propios textos se generan ciertas imágenes. Todo creador de ficciones construye una ficción de sí mismo desde la que pretende que sus textos sean leídos, construye mitos, en fin,  inventa su identidad de escritor.  A través de escrituras que operan en los márgenes de su propia producción como diarios íntimos, secretos, correspondencias privadas, biografías ficcionales, borradores, cuadernos de notas, se construyen los distintos rostros del sujeto. Posiciones provisorias o definitivas  que pueden acercarlo o alejarlo de la trama de la normalidad, máscaras a las que siempre rodea a un enigma, el enigma de la escritura.      La producción de la escritora argentina Ana María Shua se despliega como un inmenso abanico que abarca una gran diversidad  genérica que va desde la literatura infantil al guión cinematográfico pasando por el cuento, la novela, las recetas de cocina, el periodismo y las micro ficciones.  Considero importante señalar que, como afirma Michel Foucault, el nombre de autor es un nombre propio, que tiene un cierto vínculo indefinible con lo que nombra, pero que tampoco es un nombre propio cualquiera.Nacida Ana María Shoua, cambió su apellido a la hora de firmar sus creaciones, es decir en el momento de transformarse en autora. Se crea un yo que es simultáneamente biográfico y ficticio, una identidad que clasifica los discursos, que los distingue de la palabra cotidiana, los recorta y caracteriza de alguna manera.      También es cierto que desde los propios textos se generan ciertas imágenes. Todo creador de ficciones construye una ficción de sí mismo desde la que pretende que sus textos sean leídos, construye mitos, en fin,  inventa su identidad de escritor.  A través de escrituras que operan en los márgenes de su propia producción como diarios íntimos, secretos, correspondencias privadas, biografías ficcionales, borradores, cuadernos de notas, se construyen los distintos rostros del sujeto. Posiciones provisorias o definitivas  que pueden acercarlo o alejarlo de la trama de la normalidad, máscaras a las que siempre rodea a un enigma, el enigma de la escritura.      La producción de la escritora argentina Ana María Shua se despliega como un inmenso abanico que abarca una gran diversidad  genérica que va desde la literatura infantil al guión cinematográfico pasando por el cuento, la novela, las recetas de cocina, el periodismo y las micro ficciones.  Considero importante señalar que, como afirma Michel Foucault, el nombre de autor es un nombre propio, que tiene un cierto vínculo indefinible con lo que nombra, pero que tampoco es un nombre propio cualquiera.Nacida Ana María Shoua, cambió su apellido a la hora de firmar sus creaciones, es decir en el momento de transformarse en autora. Se crea un yo que es simultáneamente biográfico y ficticio, una identidad que clasifica los discursos, que los distingue de la palabra cotidiana, los recorta y caracteriza de alguna manera.      También es cierto que desde los propios textos se generan ciertas imágenes. Todo creador de ficciones construye una ficción de sí mismo desde la que pretende que sus textos sean leídos, construye mitos, en fin,  inventa su identidad de escritor.  A través de escrituras que operan en los márgenes de su propia producción como diarios íntimos, secretos, correspondencias privadas, biografías ficcionales, borradores, cuadernos de notas, se construyen los distintos rostros del sujeto. Posiciones provisorias o definitivas  que pueden acercarlo o alejarlo de la trama de la normalidad, máscaras a las que siempre rodea a un enigma, el enigma de la escritura.      La producción de la escritora argentina Ana María Shua se despliega como un inmenso abanico que abarca una gran diversidad  genérica que va desde la literatura infantil al guión cinematográfico pasando por el cuento, la novela, las recetas de cocina, el periodismo y las micro ficciones.  Considero importante señalar que, como afirma Michel Foucault, el nombre de autor es un nombre propio, que tiene un cierto vínculo indefinible con lo que nombra, pero que tampoco es un nombre propio cualquiera.Nacida Ana María Shoua, cambió su apellido a la hora de firmar sus creaciones, es decir en el momento de transformarse en autora. Se crea un yo que es simultáneamente biográfico y ficticio, una identidad que clasifica los discursos, que los distingue de la palabra cotidiana, los recorta y caracteriza de alguna manera.