PERSONAL DE APOYO
TORTUL Marina
congresos y reuniones científicas
Título:
Trabajadores de la danza en movimiento. Una experiencia asociativa
Autor/es:
LLERA, DANIELA; VELAZCO, CRISTIAN; LEONARDI, VIVIANA; TORTUL, MARINA
Lugar:
ON LINE
Reunión:
Seminario; XVI Seminario Internacional PROCOAS; 2021
Resumen:
crisis. Dicho proceso dio lugar a la conformación de la Asociación de Trabajadores de la Danza en Movimiento (TDM). La metodología implementada para su elaboración es de carácter exploratorio y descriptivo. Se utilizaron tanto fuentes primarias como secundarias de información. En lo que respecta a las fuentes primarias, dado que uno de los autores (Cristian Velazco) forma parte de la Asociación TDM, se cuenta con conocimiento de primera mano. Por otro lado, la información secundaria se obtuvo del Sistema de Información Cultural de Argentina (SInCA)(Algán, Travnik, & Ludueña, 2019). El sistema público, también denominado circuito oficial, está conformado por los organismos artísticos e instituciones culturales que dependen del financiamiento del Estado ya sea municipal, provincial o nacional. Mientras que, el sistema privado comprende las compañías empresariales (circuito comercial) y los grupos independientes (circuito alternativo). Los objetivos perseguidos por cada uno de estos sistemas difieren, mientras los primeros buscan la preservación y difusión de las artes como patrimonio intangible, las compañías privadas buscan el rédito económico y los grupos independientes se interesan por la experimentación, la mezcla de géneros, etc. Los artistas que se desempeñan en el circuito alternativo, son trabajadores independientes que se nuclean para realizar una obra. Estos no siempre están registrados en la seguridad social, siendo trabajadores autónomos, monotributistas, y monotributistas sociales. El modo de producción independiente se refiere entonces a una forma específica de organización del trabajo artístico por fuera de las instituciones oficiales (Del Mármol, 2017). Para este grupo de artistas, la generación de ingresos depende casi exclusivamente del trabajo propio presente. De este modo, al suspenderse el trabajo artístico en su modalidad presencial, se interrumpe la fuente de ingresos de estos trabajadores, dificultando el pago de alquileres, servicios e incluso la satisfacción de sus necesidades básicas. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Cultura llevada a cabo por el Sistema de Información Cultural de Argentina (SInCA) en los primeros meses del año 2020, con estas características se identifica el 32% de los encuestados, además el 48% sufrió una cancelación de sus actividades laborales culturales, el 45% no percibió ingresos por su actividad cultural y el 37% experimentó con frecuencia retrasos en el cobro por los trabajos realizado (SInCA, s/fb). En consecuencia, el 39% no pudo pagar alquileres y servicios correspondientes a las viviendas que habitan. Además, los trabajadores independientes del subsector de la danza, se vieron aún más castigados dado que, la danza es una disciplina que no cuenta con ley propia ni instituto nacional que la regule y contenga, a diferencia de lo que ocurre con otras actividades artísticas como el cine, el teatro o la música. Así, puede decirse que la crisis generada por la enfermedad de Covid-19 puso de manifiesto la desprotección de los trabajadores de la danza, que sin ley propia ni instituto que los nuclee en Argentina, se encontraron en condiciones más desfavorables que otros trabajadores de las artes escénicas. Claramente esta situación los obligó a buscar y desarrollar acciones para mitigar dicha problemática. En este contexto, el objetivo del presente trabajo es presentar el proceso autogestivo desplegado por los trabajadores de la danza de Bahía Blanca a los fines de mitigar la Numerosos instituciones nacionales e internacionales, como la UNESCO, han destacado que, en el año 2020, con el advenimiento del Covid-19, fueron los sectores de la cultura, el arte y las industrias creativas, uno de los más perjudicados por las medidas sanitarias que implementaron los gobiernos. El valor agregado bruto cultural disminuyó en un 27%, siendo el tercer sector más afectado de la economía, seguido de la industria hotelera y de restaurantes (73%) y de la construcción (52%) (SInCa, s/f). Sin embargo, esta crisis se refleja de manera dispar en cada subsector cultural, y han sido las actividades que requieren presencialidad, las más afectadas. En esta coyuntura, las personas que trabajan de manera independiente. Es importante destacar que en Argentina los trabajadores de la cultura, artes escénicas y de la danza en particular, desarrollan su actividad en diferentes circuitos productivos. Existen dos grandes sistemas de producción, el público y el privado