INVESTIGADORES
PETRINOVIC Ivan Alejandro
congresos y reuniones científicas
Título:
Variaciones en el regimen de flujo en depósitos de Oleadas Piroclásticas del Volcán Copahue (37º45´S ? 71º10.2´W)
Autor/es:
PETRINOVIC
Lugar:
Jujuy
Reunión:
Congreso; XVII CGA; 2008
Institución organizadora:
AGA
Resumen:
Los casos más conocidos en que se describen facies depositadas por oleadas piroclásticas, se caracterizan por mostrar un decrecimiento energético en el régimen de transporte desde las facies proximales hacia las distales (Schmincke et al, 1973; Vázquez y Ort, 2006).       Se presenta un caso donde las variaciones de facies laterales y verticales responden a otras variables independientes de la distancia al centro de emisión, como cambios de ritmo eruptivo, cambios en la pendiente e incorporación de fases. A tal fin, se describen facies de un depósito reciente producido por un flujo piroclástico diluido a lo largo del Río Agrio (Petrinovic et al., 2008), en el faldeo E-SE del volcán Copahue (37º45´S-71º10´W), como ejemplo de actividad freática-freatomagmática en estratovolcanes andinos activos.       Las facies proximales se registran en el cráter activo del volcán con espesores de más de 20 metros, se preservan las formas onduladas de techo marcando la turbulencia de los flujos originales. Si se considera la recurrencia en la formación de lahares de las últimas erupciones (1993, 2000) y el deshielo anual de más de 10 m de nieve sumado al régimen de lluvias que caracteriza esta región, la incisión fluvial de menos de 2 m que muestra este depósito en las cabeceras del Río Agrio es baja y el depósito podría ser significativamente más joven que las edades absolutas obtenidas por Polanco et al (2000) en depósitos posiblemente correlacionables con éste, en las cercanías de Caviahue. Las estructuras mejor desarrolladas en las facies proximales corresponden a capas entrecruzadas de lapilli grueso a arena media, con el desarrollo de diversas formas de dunas alternantes con capas paralelas tanto en la horizontal como en la vertical. Son frecuentes los impactos de bloques de más de 0,3 m de diámetro en un área de dispersión de hasta 1.500 m, siempre con dirección Este. La pared actual del cráter está en parte constituida por éste depósito y por los productos de caída de la erupción 2000. La mezcla entre el material de caída y el depositado por flujo dificulta la individualización de ambos procesos, por lo que estudios detallados que se están llevando a cabo permitirán conocer mejor su interrelación. De todos modos, es evidente que el flujo impactó inmediatamente, en la propia boca eruptiva.       En las facies medias, se mantienen el estilo de estructuras sedimentarias y la granulometría es de tamaño arena gruesa-lapilli, gradada inversamente en sets de capas individuales. Se preservan las superficies onduladas del techo del depósito y las turbulencias generadas por el flujo en obstáculos encontrados a su paso. Además, se observan variaciones de facies verticales con alternancia de antidunas (o hummockies anisótropos) a estructuras de lámina paralela tanto en la horizontal como en la vertical, indicativas de variaciones en la energía del flujo y del ritmo de descarga de la erupción en cada uno de los flujos originales.       Las facies distales alcanzaron la posición actual del pueblo de Caviahue, con un espesor de más de 0,50 m. Se mantuvieron las estructuras de dunas intercaladas con formas de capa paralela. Este rasgo indica que el flujo no se desaceleró notablemente con el aumento de la  distancia a la boca eruptiva, sino que las desaceleraciones se producían dentro de las decenas de metros y la alimentación era variable y discontinua. Características similares fueron observadas por Cole (1991) en los ejemplos de Roccamonfina (Italia) y Sugarloaf Mountain (EUA).       En estas facies, el flujo alcanzó el cuerpo de agua del lago Agrio. Los flujos que lograron atravesar el lago incorporaron agua, como tercera fase. Así, las facies más distales, resultaron muy diluidas y con un incremento notable en la ductilidad de las estructuras, cohesividad de los flujos y disminución del tamaño de grano, pero alcanzando a escalar barreras topográficas de más de 10 m de altura. Son frecuentes los canales de erosión dentro del mismo depósito y rellenos por depósitos masivos, indicando cambios en las condiciones de transporte/depósito y en el régimen de los flujos singulares. La ausencia de material sedimentario intercalado entre ambos depósitos, evidencia la coexistencia de flujos piroclásticos diluidos y densos, generados por el desacople de unidades de flujo singulares por variaciones verticales de régimen, hecho debido quizás a concentraciones relativas de sólidos diferentes (Burgisser y Bergantz 2002).       No se han reconocido niveles de caída destacables intercalados en éstos depósitos, por lo que se desestima una columna eruptiva de de desarrollo vertical destacable. Se interpreta un colapso inmediato de una columna eruptiva densa de baja altura o bien de un proceso tipo ?boiling over? producto de innumerables explosiones freáticas y freatomagmáticas con disparos de bloques balísticos hacia el flanco Este del volcán. Este evento no ha sido el único en el pasado, ya que se registran depósitos similares bajo lavas preglaciares en el faldeo medio de la cara Este del volcán evidenciando la recurrencia del proceso formador de oleadas piroclásticas en la construcción del edificio volcánico del Copahue.       Así, la variación en las estructuras reconocidas en facies proximales, medias y distales, se deben a variaciones verticales y horizontales del régimen de transporte ?dependientes de múltiples variables- y no únicamente a la distancia de la boca eruptiva.       Trabajos en desarrollo sobre las facies y edad de éste depósito servirán de base para asignar correctamente el riesgo potencial de éste tipo de fenómenos volcánicos en el Copahue.