INVESTIGADORES
PAUTASSI Ricardo Marcos
congresos y reuniones científicas
Título:
Diferencias en los efectos farmacológicos del alcohol entre adolescentes y adultos ¿Un factor de riesgo para el consumo problemático de alcohol?
Autor/es:
PAUTASSI R.M.
Lugar:
Santiago
Reunión:
Workshop; Actualizaciones en la Neurobiologia del Alcohol y Cannabis; 2018
Institución organizadora:
Centro de Investigación para el estudio del Consumo de Alcohol en Adolescencia (CIAA), Universidad Autónoma de Chile
Resumen:
Diferencias en los efectos farmacológicos del alcohol entre adolescentes y adultos ¿Un factor de riesgo para el consumo problemático de alcohol?Ricardo Marcos Pautassi, Instituto de Investigaciones Médicas M. y M. Ferreyra, Córdoba, y Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba, ArgentinaEl inicio temprano al consumo de alcohol es uno de los mejores predictores del riesgo a desarrollar trastornos por uso de alcohol: a menor edad de inicio mayor la posibilidad de dichos problemas. Los mecanismos subyacentes a este efecto facilitador del ?inicio temprano? al alcohol no son aun totalmente conocidos. Una hipótesis (1) es que la exposición a alcohol en adolescencia altere el normal desarrollo del sistema nervioso. A favor de esta posibilidad, la administración repetida de dosis elevadas e intermitentes de alcohol durante la adolescencia de la rata induce alteraciones en transmisión glutamatérgica, dopaminérgica, y en el podado neural de este último sistema; y también aumenta el consumo posterior de alcohol. Otra postura (2, la hipótesis del marcador) sugiere que el inicio temprano al consumo de alcohol es sólo un síntoma de un tercer factor, ya sea riesgo genético o psicopatología previa, que facilita el consumo de alcohol. Recientemente hemos observado, por ejemplo, que jóvenes uruguayos que habían empezado a consumir alcohol a los ≤14 años exhibían más síntomas de malestar psicológico que pares que habían empezado a los ≥15 años. Una tercera (3) hipótesis indica que los efectos psicobiológicos del alcohol son diferentes en los jóvenes que en los adultos y que estas diferencias ontogenéticas pueden promover trayectorias problemáticas de consumo de alcohol. En apoyo a esta perspectiva varios experimentos han indicado que los adolescentes son, en comparación con los adultos, más sensibles a los efectos placenteros, recompensantes del alcohol, pero menos sensibles a los efectos aversivos (malestar gastrointestinal, sedación, sueño, etc.) del alcohol. Hemos observado, por ejemplo, que ratas infantes o adolescentes prefieren un contexto donde han experimentado los efectos del alcohol, pero los adultos evitan este contexto asociado a la droga. En tanto, la inducción de aversión condicionada al sabor ? una prueba sensible a los efectos disfóricos, displacenteros del alcohol ? requiere en los adolescentes una dosis de alcohol dos veces mayor que la necesaria en adultos. Los adolescentes son también más sensibles que los adultos a los efectos de facilitación social inducidos por el alcohol. Las hipótesis 1, 2 y 3 son complementarias y pueden, a su vez, ser afectadas por exposiciones aún más tempranas al alcohol, durante el amamantamiento o la gestación, o por la exposición a situaciones estresantes. Recientemente hemos observado que ratas adolescentes con predisposición genética al consumo de alcohol exhibían mayor sensibilidad a los efectos estimulante motores pero menos sensibilidad a los efectos aversivos del alcohol, en comparación con pares controles. También observamos que la exposición prenatal al alcohol altera, en adolescencia, los efectos del alcohol sobre el sistema mesocorticolímbico dopaminérgico, y que el estrés crónico aumenta el consumo de alcohol en adolescentes pero reduce dicho consumo en adultos. En conjunto, estos trabajos sugieren que los adolescentes exhiben un patrón característico de respuesta al alcohol que facilitaría el inicio y escalada en el consumo de dicha droga, y que este patrón característico podría a su vez exacerbarse en función de factores genéticos o ambientales.