¿Qué adolescentes están a riesgo de alcoholismo y por qué? Del laboratorio a la política pública y la generación de nuevos tratamientos?

PAUTASSI R.M.

Cordoba

Simposio; Uso y Abuso de Psicotrópicos: Integrando Acciones Políticas y Científicas Nacionales; 2018

Instituto de Investigación Médica Mercedes y Martín Ferreyra

Los trastornos por uso de alcohol, lejos de ser patologías de la adultez, tienen su etiología en la infancia y adolescencia, e incluso en la vida prenatal asociado al consumo materno de alcohol durante la gestación. Sin embargo, aun cuando el consumo adolescente de alcohol sea normativo, sólo algunos adolescentes progresan hacia la dependencia. Nuestra línea de investigación analiza determinantes individuales, ambientales y genéticos para discriminar adolescentes a riesgo de desarrollar problemas con el alcohol; y evalúa nuevos tratamientos para los afectados. Investigaciones en humanos, realizadas por nuestro grupo o en colaboración con proyectos dirigidos por la Dra. Pilatti, han indicado que aquellos que se iniciaron temprano al consumo de alcohol (antes de los 14 años, aproximadamente) aumentan dramáticamente sus posibilidades de tener problemas con el alcohol. En modelos pre-clínicos hemos observado que luego de recibir alcohol los adolescentes exhiben, al ser comparados con los adultos, más efectos placenteros pero menos efectos aversivos, menos sedación y sueño, y mayor estimulación. Las ratas adolescentes exacerban su consumo de alcohol luego del estrés o de dosis bajas de alcohol, pero las adultas no son afectadas por estas situaciones. Es probable que este patrón idiosincrático de respuesta al alcohol ponga a los adolescentes a riesgo de iniciar, continuar y escalar el contacto con esta droga. Algunos de estos rasgos se exacerban en adolescentes expuestos al alcohol in-útero, aún a cantidades bajas; un resultado asociado a alteraciones en la expresión génica del sistema opiáceo y en sectores del ADN que lo regulan. Recientemente hemos creado dos familias de ratas, criadas a lo largo de varias generaciones en función de si sus padres consumieron poco o mucho alcohol en la adolescencia. Los hijos de los padres de alto consumo heredaron la alta preferencia por el alcohol y exhibieron alta ansiedad e insensibilidad al efecto tóxico del alcohol. Estos modelos de crianza nos permitirán evaluar tratamientos (por ejemplo, exposición a ambientes enriquecidos o a ejercicio físico) para disminuir el consumo de alcohol y, quizás más importante, nos permitirán identificar, luego de la aplicación de técnicas de secuenciamiento y expresión génica, ?genes candidatos? asociados a un mayor riesgo de alcohol en la adolescencia. En conjunto, nuestros trabajos apoyan políticas públicas que intentan demorar el inicio al consumo y la disponibilidad de alcohol en niños y adolescentes, y que intentan evitar el consumo gestacional de alcohol