INVESTIGADORES
SCHEINSOHN Vivian Gabriela
congresos y reuniones científicas
Título:
CONTRIBUCIÓN DEL ANÁLISIS DE PROTEÍNAS ANTIGUAS POR ESPECTROMETRÍA DE MASA PARA EL DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE RESTOS ÓSEOS HUMANOS: UN ANÁLISIS EXPLORATORIO
Autor/es:
RICARDO NEME TAUIL; DENISE EVANS; MIRANDA DE ZELA, PAULA; SILVIA MORENO; FABIAN CRESPO; V. SCHEINSOHN
Reunión:
Simposio; I WEBINAR SUDAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA; 2020
Resumen:
En el año 2016, iniciamos un proyecto de investigación enfocado en el análisis bioarqueológico y paleopatológico de muestras de restos esqueletales humanos del Centro Oeste de Chubut, Argentina, definida como el área ubicada, de norte a sur, entre los 43°10?latitud sur (río Futaleufú) hasta los 44° 30? latitud sur (arroyo Appeleg) y de oeste a este, desde el actual límite con Chile hasta los 70° longitud oeste. Figura 1) Partiendo del trabajo de Borrero (1994-1995) propusimos un modelo para la región bajo estudio en la que hipotetizamos que durante el Holoceno tardío el sector norte de la misma estaría bajo una ocupación efectiva mientras que el sector sur estaría en exploración (Caridi y Scheinsohn 2016) . Estas diferencias en el modo de ocupación nos permitieron plantear expectativas arqueológicas para cada uno de estos sectores ( Scheinsohn et al. en prensa Chungara). Para este proyecto, centrado en las evidencias bioarqueológicas, consideramos una distribución de indicadores paleopatológicos y traumáticos diferencial entre ambos sectores. En el caso del área bajo una ocupación efectiva esperaos una alta prevalencia de lesiones asignables a procesos infecciosos y/o inflamatorios (siguiendo la propuesta de Guichon 1995) y una baja prevalencia de lesiones traumáticas relacionadas con accidentes (Scheinsohn y Matteucci 2013). Para el sector en exploración esperamos una baja prevalencia de lesiones asignables a procesos infecciosos o inflamatorios (siguiendo la propuesta de Guichon 1995) y una alta prevalencia de lesiones traumáticas relacionadas vinculada con una mayor probabilidad de accidentes (Scheinsohn y Matteucci 2013).Para hacer esta evaluación, sin embargo, hay que considerar que la interpretación de los indicadores paleopatológicos presenta ambigüedades en tanto que los tejidos óseos y dentales pueden responder de una manera limitada ante la gran cantidad de estresores que pueden afectarlos (Ortner 2008). Así manifestaciones macroscópicas similares pueden ser provocadas por diversas enfermedades y traumas por lo cual, en la mayoría de los casos, las lesiones identificadas no pueden ser asociadas a una causa específica. De ahí el alto porcentaje de incertidumbre de los diagnósticos realizados sobre estas evidencias (Miller et al., 1996). Como no siempre es posible realizar un diagnóstico diferencial (Ortner 2008, 2012), se deben realizar descripciones detalladas de las lesiones observadas, usando terminología precisa, basadas en hipótesis rigurosas a partir de los conocimientos previos, para luego proponer uno o más grupos etiológicos posibles (Buikstra y Cook, 1980; Miller et al., 1996; Ortner, 2012). La asignación de la etiología de una lesión ósea macroscópica no resulta simple dada la comprensión incompleta de la dinámica de muchas patologías y debido a la naturaleza arbitraria y no biológica de los sistemas clasificatorios (Ortner, 2012). Por lo tanto, la incorporación de otras vías metodológicas que permita determinarla se hace indispensable.