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La Formación Monte León, atribuida al Oligoceno tardío-Mioceno temprano (Malumián, 1999), y la Formación Santa Cruz de edad Mioceno temprano tardío-medio (Fleagle et al., 1995), afloran en el sudeste de la provincia de Santa Cruz, en el ámbito de la cuenca Austral. Dicha sucesión conforma un buen ejemplo para estudiar desde el punto de vista sedimentológico la transición entre las facies marinas de la Formación Monte León (Panza et al., 1995, Barreda y Palamarczuk, 2000) y las continentales de la Formación Santa Cruz (Panza et al., 1995). El principal objetivo de este trabajo consiste en establecer los aspectos composicionales de las unidades neógenas mencionadas, con el fin de establecer una caracterización sedimentológica de las mismas, en el extremo sur de la Patagonia Argentina. Específicamente la sucesión fue analizada en el Cerro Monte León (50º 19´21´´ LS y 68º 54´16´´ LO), ubicado dentro del Parque Nacional homónimo, en el litoral atlántico del sur de la provincia de Santa Cruz. La parte superior de la Formación Monte León aflora sin base expuesta, integrándose de un paquete tabular-lensoidal de 12,00 m de espesor, compuesto por areniscas finas, masivas, con estratificación entrecruzada en artesa, en sectores difusa, y laminación. Por otra, participan en la sucesión tobas retrabajadas verdosas a amarillentas con carácter masivo, e intercalaciones de limolitas y arcillitas masivas con alto contenido en materia orgánica. La unidad culmina con un banco de coquinas de 0,40-0,70 m de espesor, conformado por valvas de Ostrea sp. con 0,10 cm de diámetro promedio, dispuestas en posición de vida (perpendicular a la estratificación). Desde el punto de vista petrográfico-composicional las areniscas se caracterizan por ser de tipo líticas, donde predominan los fragmentos sedimentarios respecto a los volcánicos. En menor medida se presentan cristales euhedrales de plagioclasa de composición intermedia, cuarzo monocristalino con engolfamientos y cuarzo policristalino en forma secundaria; asimismo se denota feldespato potásico y esporádicos gránulos de glauconita. Por su parte, las tobas retrabajadas se componen principalmente de trizas vítreas planares y cuspadas y de fragmentos pumíceos, junto a proporciones menores de cristales de cuarzo monocristalino, plagioclasas, feldespato potásico y fragmentos líticos volcánicos redondeados. Es notoria la presencia de una característica cementación tipo coating formada por arcillas autigénicas. Mediante pasaje transicional se sucede la Formación Santa Cruz, compuesta en su sector basal (aproximadamente 43,00 m de espesor) por areniscas finas grises a verdosas, con alto contenido de material piroclástico. Resultan frecuentes las intercalaciones de chonitas y tobas retrabajadas y de fangolitas grisáceas masivas. En estos niveles pelíticos se hallaron rasgos paleoedáficos como rizolitos y concreciones de óxidos de hierro. En cuanto a la estratofábrica presente tanto las areniscas como las tobas poseen forma tabular y en menor medida lensoidal, siendo el carácter de los estratos masivos o bien con estratificación entrecruzada difusa. Composicionalmente, los niveles de mayor granulometría se caracterizan por una alta proporción de trizas vítreas, tanto de tipo planar como cuspada, junto a cantidades menores de fragmentos pumíceos, cristaloclastos (cuarzo monocristalino y plagioclasas), y en menor medida litoclastos volcánicos. Esta unidad es muy rica tanto en cantidad como en diversidad de vertebrados fósiles continentales (Marshall, 1976; Fleagle y Bown, 1993; Tauber, 1997; Kay et al, 2007), mayoritariamente mamíferos. En la localidad en estudio se han observado numerosos ejemplares in situ en las inmediaciones del contacto con la Formación Monte León. Aunque faltan aún estudios de detalle, la riqueza taxonómica de los mamíferos fósiles es consistente con la registrada en la región costera al sur del Río Coyle, la que incluye una importante diversidad de tipos biológicos, desde animales de hábitos generalizados, hasta cursoriales, cavadores o arborícolas especializados pertenecientes a diferentes linajes (Marsupialia, Xenarthra, Notoungulata, Litopterna, Rodentia y Primates). Esta diversidad reafirma la interpretación ambiental de una vegetación abierta en condiciones relativamente secas semejantes a las que se encuentran en amplios sectores del Chaco (Vizcaíno et al., 2006). En resúmen, las características sedimentológicas y composicionales mencionadas corroboran que la sección superior de la Formación Monte León resulta ser el reflejo de la somerización desde un ambiente marino somero, con condiciones neríticas y litorales, culminando en un ambiente parálico, coincidiendo con lo ya estipulado por Parras et al (2005). Esta situación se vincularía con un descenso relativo del nivel del mar y con la progresiva instalación de un ambiente continental, pasando de un sistema estuárico a fluvial neto (Formación Santa Cruz).

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