INVESTIGADORES
VEZZOSI Jose Vicente
capítulos de libros
Título:
Secularizacion y Laicidad
Autor/es:
SETTON, DAMIÁN; VEZZOSI, JOSÉ VICENTE
Libro:
Atlas de las creencias religiosas en Argentina
Editorial:
Biblos
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2013; p. 171 - 180
Resumen:
Al utilizar el concepto secularización, se pretende dar cuenta de la presencia y ausencia de lo religioso en la sociedad. No obstante, a lo largo de su historia, el mismo no ha recibido una significación unívoca. Su misma raíz latina, saeculum, puede referir sea al mundo terrenal, sea a un período prolongado de tiempo. En la edad media, se recurría al término para designar al clero secular, diferenciándolo de los sacerdotes que pertenecían a las órdenes religiosas. En el siglo XVII pasó a ser utilizado para designar la transferencia de posesiones eclesiásticas al dominio civil. En el siglo XIX pasará a vincularse con ideologías antirreligiosas, adquiriendo así connotaciones políticas. El uso del concepto de secularización para designar procesos a escala social se vincula a la modernización e industrialización de las sociedades en la Europa occidental, así como al proceso de formación de los Estados nación. En relación a las relaciones entre religión y Estado, se suele recurrir al concepto de laicidad, el cual daría cuenta del pasaje de un sistema político cuya fuente de legitimidad radica en lo religioso hacia un sistema cuya legitimidad se asienta en el pueblo y en la ciudadanía. No obstante, el concepto de secularización debe distinguirse del de laicidad en la medida en que no refiere a las transformaciones en el interior de la esfera política sino a un proceso más general de diferenciación y autonomización de esferas. De este modo, el arte, la política, la economía, la moral, se emancipan de lo religioso para comenzar a funcionar en base a sus propios criterios de legitimación. En este contexto, lo religioso pasa a ser una esfera más que, se expresa ? o debería expresarse- en el marco de la vida privada de las personas. Uno de los significados del término secularización da cuenta de la pérdida de influencia de lo religioso sobre áreas centrales del ciclo de vida. Así, la instauración del registro civil priva a las Iglesias del monopolio de los registros de nacimiento, lo que trae como consecuencia que la identidad nacional deje de estar vinculada a la identidad religiosa. A la vez, la instauración del matrimonio civil coloca al Estado como garante de la legitimidad de la unión conyugal. Pensemos en situaciones donde no existe el matrimonio civil. Al ser los tribunales religiosos los encargados de legitimar las uniones, se limitan las posibilidades de que personas con diferentes orientaciones religiosas puedan contraer matrimonio. Finalmente, la secularización de los cementerios implica que el derecho a ser enterrado en ellos no depende de la filiación religiosa. Por secularización se ha entendido la disminución de la influencia de lo religioso en la sociedad y su confinación al ámbito de lo privado. No obstante, esta aseveración no deja de ser problemática. ¿Qué entendemos por disminución de la influencia? ¿A qué nivel deberíamos considerar dicha disminución? Si nos concentramos en un enfoque institucional, podríamos decir que por disminución de la presencia de lo religioso entendemos la merma de la asistencia a las celebraciones cultuales como la misa católica o los cultos en el protestantismo. ¿Esta realidad institucional expresa el estado de lo religioso en la sociedad? Por otro lado, por secularización podríamos entender que, en el proceso de dar sentido a la vida y al mundo, las personas recurren cada vez menos a lo sagrado y cada vez más a explicaciones ?racionales?, científicas. Pero... ¿es posible que nuestra subjetividad se libere completamente de lo sagrado? ¿No formará parte de nuestra ?naturaleza humana? la necesidad de recurrir a lo religioso a fin de dar sentido a nuestra cotidianeidad, o para explicar aquello que, justamente, rompe con la previsibilidad y los ritmos de nuestra cotidianeidad? Si es así, la secularización es un imposible, ya que siempre existirá un quantum de religiosidad en los seres humanos. Actualmente, los cientistas sociales se han embarcado en el debate acerca de la pertinencia del concepto de secularización. ¿Es válido su uso para dar cuenta de las relaciones entre religión y sociedad en el mundo posmoderno? ¿Asistimos a un proceso de des-secularización del mundo, lo que supondría aceptar que el concepto haya sido válido en su momento, pero que actualmente ha dejado de reflejar la realidad? ¿O más bien nunca fue válido, siendo simplemente una bandera de los movimientos antirreligiosos o anticlericales? Este debate surge en el contexto de emergencia de movimientos religiosos que se oponen a las religiones denominadas ?del establishment?, como por ejemplo, aquellos que en los Estados Unidos recurrían a referencias provenientes de Oriente. En los años setenta, en el mundo islámico, se ha asistido a una politización del Islam en la medida en que los regímenes que anclaban su legitimidad en un discurso socialista, tercermundista y laico, fueron perdiendo credibilidad al no poder cumplir con las promesas que ellos mismos habían alimentado. En América latina, durante los años ochenta, se ha incrementado la presencia de iglesias pentecostales. A la vez, en el mundo judío se han multiplicado los espacios de reproducción de una identidad religiosa ortodoxa. Finalmente, las religiones han abandonado su enclaustramiento ? si es que alguna vez estuvieron enclaustradas- en la esfera privada para actuar dentro de la esfera pública de la sociedad civil. Por esta razón es que algunos han aventurado la polémica metáfora de la revancha de Dios o el retorno de lo sagrado. Como vemos, el concepto de secularización - junto con el de des-secularización- está atravesado por el debate y la imprecisión de su significado. Evidentemente, las religiones no han desaparecido, ni su influencia se ha limitado a la esfera privada. No obstante, la distinción de esferas es una realidad que no parece poder volver atrás. Retornar a un estado donde lo religioso aglutine la legitimidad de las esferas de la existencia humana no parece ser posible en un contexto de radicalización de la modernidad. Lo que sí se observa es cómo lo religioso dialoga con esta modernidad. Así, más que desaparecer o recluirse a lo privado, lo religioso se relaciona con la modernidad de diversas maneras. Una teoría de la secularización, por lo tanto, debería concentrarse en analizar las posibilidades de existencia de lo religioso en este contexto. Si la misma definición del término ?secularización? resulta compleja, ¿cómo podremos definir los criterios que nos permitan medirlo? Las encuestas proveen importante información acerca de los comportamientos religiosos y de la influencia de la religión en la sociedad, pero no pueden agotar los análisis sobre la secularización. No obstante, algunos datos permitirán observar el comportamiento de ciertas variables que podemos considerar como puertas de acceso a la comprensión de la presencia de lo religioso en la sociedad.