Deo volente. El estatus de la voluntad divina en la Teodicea de Leibniz

MARÍA GRISELDA GAIADA

Comares

Lugar: Granada; Año: 2015 p. 208

978-84-9045-297-4

El ?problema del mal? es uno de los más desconcertantes de toda la Historia de la Filosofía. ¿Por qué un Dios justo y bueno permite que hagamos el mal o que las desgracias nos aquejen? Leibniz intentó dar respuesta a este problema sempiterno que parece no sólo jaquear los atributos dignos de Dios, sino también agotar las luces de nuestra razón, cuando nos proponemos -casi insensatamente- abogar en favor de la causa Dei. La sombra del sofisma que lo incrimina por nuestras faltas y sufrimientos acecha amenazante a la voluntad divina: exonerarla de la imputación del mal constituye quizá el mayor desafío con el que un jurista se pueda enfrentar. En este sentido, la defensa de la voluntad divina ha estado en el centro del pensamiento de Leibniz, al menos desde los primeros años de la década de 1670. No obstante, el fuerte ?intelectualismo? de esta época parece haber sellado las claves de un cuasi monopolio interpretativo que arroja a la voluntad al lugar segundón que le dispensa el entendimiento. Aunque el intelectualismo pueda constituir el recorte ?más visible? de la filosofía de Leibniz, en Deo volente hacemos visible otra lectura que releva a la voluntad divina de ese emplazamiento marginal, de modo que, aun ejerciendo el rol más plenario en la escena de la Creación, no debe responder de sí por las miserias y adversidades de quienes, hastiados de zozobrar, se dicen: ?il faut cultiver notre jardin?.