Sustituir la figura lógica para cercar el silencio

MARÍA GRISELDA GAIADA

Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación - UNLP

Jornada; IV JORNADAS DE INVESTIGACIÓN EN FILOSOFÍA - U.N.L.P.; 2002

Dpto. de Filosofía - FHyCsE - UNLP

En este trabajo me propongo explicar el modo en que el primer Wittgenstein entendió la relación de representación entre lenguaje y mundo. El lenguaje (“la totalidad de las proposiciones”) atiende necesariamente a ese plano “ontológico” llamado mundo. El mundo “son los hechos en el espacio lógico”, por ende, ha de ser estudiado lógicamente. Sin embargo, para ello hace falta un intermediario epistemológico entre el lenguaje y el mundo, que ha de ser la figura. Así, el lenguaje se convierte en la figuración lógica del mundo. Si el mundo es la totalidad de los hechos, puede ser descompuesto en cada uno de ellos para su análisis; del mismo modo, si el lenguaje es la totalidad de las proposiciones, puede ser descompuesto en cada una de ellas para su análisis. Si cada proposición se corresponde con determinado estado de cosas (hecho) y cada estado de cosas se corresponde con determinada proposición, se hace innegable una correspondencia biunívoca entre lenguaje y mundo. Y así se explica toda vinculación figurativa, representativa o descriptiva entre ellos. Con relación a esta tesis wittgensteiniana oficio un contrapunto con el concepto de representación de Peirce: él fue reluctante a cualquier interpretación de la relación lenguaje-mundo en términos de una función biyectiva.