Víctor Cúnsolo

TALÍA BERMEJO (AUTORA DE ARTÍCULO) / ROBERTO AMIGO CERISOLA (DIR.), MARÍA ISABEL BALDASARRE (COORD.)

Museo Nacional de Bellas Artes, Colección

Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes

Lugar: Capital Federal; Año: 2010; p. 99 - 102

Calle de la Boca expone un fragmento del barrio homónimo: un paisaje desolado, apenas transitado por unos pocos vecinos, el tren y más allá un carro tirado por animales que atraviesa la calle bajo un cielo gris plomizo. También conocida como Calle Magallanes -así figuró en la muestra del Ateneo Popular de la Boca de 1937- esta pieza revela su anclaje en la geografía precisa de uno los márgenes de la ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, su lenguaje plástico y la recreación de cierto clima metafísico manifiestan la apropiación y resignificación de elementos extraídos del repertorio artístico europeo. ?Un mundo en un barrio?: así fue observado más de una vez el escenario que sirvió de plataforma al colectivo de artistas encabezado por Cúnsolo, Quinquela Martín y Lacámera, quienes cimentaron la notoriedad del barrio junto a Victorica, Daneri, Diomede y Tiglio, entre otros. Desde fines de los años veinte, la crítica contemporánea identificó a este grupo como ?Los pintores de la Boca? y supo ver en ellos una de las vertientes de la renovación que por entonces atravesaba la plástica local. Esta inscripción en el mapa suburbano también delimitaba el desarrollo de la producción artística en un contexto intensamente marcado por la presencia de la tradición cultural italiana. Como tantos otros, Cúnsolo arribó al país desde la provincia de Siracusa para integrarse a las redes de sociabilidad que facilitaban el afianzamiento de los inmigrantes. Su formación artística se desenvolvió a través de los canales habituales signados por esa impronta italiana, entre ellos las clases dictadas por el maestro romano Mario Piccione en la Academia de Pintura de la Unione e Benevolenza, una entidad ligada a la tradición asociacionista que caracterizó la Boca. A su vez, la trayectoria de Cúnsolo estuvo vinculada al Ateneo Popular fundado en 1926. Junto a la agrupación Gente de Artes y Letras Impulso, organizada y dirigida por Lacámera desde 1940, el Ateneo contribuyó a consolidar el imaginario artístico de La Boca. Estas fueron instituciones barriales que buscaron difundir la producción de los artistas boquenses e integrar el vecindario en un ámbito cultural alternativo a los espacios de la céntrica y glamorosa calle Florida.