INVESTIGADORES
BERMEJO Talia
capítulos de libros
Título:
Fortunato Lacámera
Autor/es:
TALÍA BERMEJO (AUTORA DE ARTÍCULO) / ROBERTO AMIGO CERISOLA (DIR.), MARÍA ISABEL BALDASARRE (COORD.)
Libro:
Museo Nacional de Bellas Artes, Colección
Editorial:
Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes
Referencias:
Lugar: Capital Federal; Año: 2010; p. 176 - 176
Resumen:
Desde mi estudio señala aspectos claves en la producción de Lacámera. Entre ellos, sobresalen el valor otorgado a la adquisición del oficio aplicado a la observación minuciosa del entorno cotidiano y la sedimentación de los motivos plásticos que lo identificarían hasta el final de su vida con el barrio de la Boca. A su vez, estos datos se enmarcan en un momento preciso de la trayectoria del artista, de afianzamiento profesional y consagración en el ámbito artístico de Buenos Aires. Hijo de inmigrantes genoveses, Lacámera vivió y nutrió su pintura en los avatares del suburbio boquense, donde compartió la misma casa que sirvió de taller a Victorica y Quinquela Martín. Entre las diversas miradas que compusieron el paisaje del barrio, aquel privilegió naturalezas muertas e interiores. Desde mi estudio apeló -una vez más- a las posibilidades expresivas de la ventana abierta al exterior como medio de comunicación entre el adentro y el afuera. A través de un lenguaje depurado, la atención puesta en la construcción del espacio y el impacto de la luz, el artista ponía en contacto un recorte de la ribera con el atelier. Los reflejos en el vidrio multiplican la visión del entorno portuario, mientras que el espejo devuelve otro ángulo del ámbito interior, despojado como el resto de la escena. Entre la quietud y el silencio, Lacámera recreaba el mismo clima que lo había vinculado desde fines de los años veinte con las preocupaciones de la pintura italiana y el realismo mágico alemán. Esta vez, el camino recorrido sería distinguido con el Premio Estímulo de Bellas Artes en el XXVIII Salón Nacional y luego con el ingreso de esta pieza al MNBA en 1940. Para entonces inauguraba una nueva línea de acción con la creación de Gente de Artes y Letras Impulso, cuya sede inicial ocupó aquellos mismos rincones que observa Desde mi estudio. Dirigida por el artista junto a un pequeño grupo de pintores y escritores locales, la asociación hundía sus raíces en la tradición asociacionista del barrio y las ideas anarquistas que propugnaban la difusión popular del arte.