Atadas con alambre: relaciones entre teoría y práctica.

VIGNALE, SILVANA PAOLA

Qellqasqa

Lugar: Mendoza; Año: 2011 p. 241

978-987-9441-53-4

¿Atadas con alambre? Esta expresión cotidiana y absolutamente nuestra alude a una práctica, es decir, a algo que hacemos, a algo que forma parte de nuestro modo de proceder en el mundo. Tal vez haya una teoría del alambre, pero lo cierto es que para nosotros "atar con alambre" es una actividad natural, es decir, no nos detenemos a pensar en ello, simplemente lo hacemos. Pero si ahora esta práctica la convertimos en metáfora, ¿qué queremos decir? Podríamos interpretarla de modo negativo, y de hecho muchas veces la usamos de esta manera. Decir que algo está atado con alambre puede querer decir que la atadura no es firme ni segura, que es momentánea o provisional, incluso que hay cierto grado de desinterés o descuido. Sin embargo, podríamos ver exactamente lo mismo desde una perspectiva más positiva. Pensemos en el alambre, por ejemplo. El alambre es la herramienta cotidiana por excelencia, es aquello con lo que contamos. Hay alambres por todos lados: en los patios, en los techos de las casas, en las terrazas de los edificios, en las acequias y canales. El alambre, además, es por lo general de propiedad colectiva: pasa de mano en mano, está ahí tirado esperando a ser agarrado (sí, agarrado y no "tomado") por quien lo necesite y una vez utilizado vuelve a estar a la espera. Pero hay otro aspecto interesante de la metáfora: Quien ata con alambre se encuentra por lo general en una situación de urgencia y precariedad, hay que resolver el problema lo más pronto posible porque la cosa no funciona y tiene que funcionar. Ahora bien, lo que está “atado con alambre”, según la afirmación del título de este Coloquio, es nada menos que la teoría y la práctica. Pero, ¿qué quiere decir teoría y práctica? Estas también son palabras o expresiones que usamos cotidianamente. Por ejemplo, cuando alguien dice eso es pura teoría pero no sirve para la práctica. De hecho el propio Kant escribió una vez un texto cuyo título reza "En torno al tópico: tal vez eso sea correcto en teoría, pero no sirve para la práctica". Pero también podemos recordar la célebre Tesis 11 sobre Feuerbach de Marx: "Los filósofos sólo han interpretado el mundo de diferentes maneras, ahora es tiempo de cambiarlo". ¿Comprender el mundo o cambiarlo? Ese es el dilema. Tal vez se podría decir, como dijo alguien alguna vez parafraseando a Kant, que "la teoría sin práctica es vacía y la práctica sin teoría es ciega". Ambas están atadas con alambre, con lo que somos y contamos, se atan y se vuelvan a atar siempre de nuevo, en la urgencia y en la precariedad de la vida. Teorizar sobre las prácticas Uno de los aspectos más relevantes de este evento académico es que planteó la necesidad de repensar las relaciones entre teoría y práctica a la luz del proceso de especialización de las ciencias sociales (sociología, lingüística, historia, economía, trabajo social, etc.) y del presunto aislamiento de la filosofía de los procesos de transformación de la realidad social y política. En este sentido, las discusiones estuvieron dirigidas a la búsqueda de nuevas formas de reunificar la filosofía con las ciencias sociales, la investigación empírica o de campo con los marcos teóricos, la investigación académica con las prácticas de intervención social (por ejemplo en Trabajo Social, Diseño y Arquitectura o en la actividad docente), y el llamado trabajo intelectual con la acción social. En relación a este último punto, en el Coloquio se planteó también la necesidad de no permanecer ajenos a la situación política y social de América Latina y a los "vientos de cambio" que soplan en el mundo, y especialmente a la situación política del vecino país de Chile. Los participantes del evento firmaron una Declaración de Apoyo al Movimiento Estudiantil Chileno, manifestando su repudio a toda forma de violencia y represión contra aquellos que se expresan a favor de un derecho humano fundamental como es la educación. Practicar la teoría Otro aspecto relevante del Coloquio consistió en su modalidad de trabajo y participación. Surgió como una necesidad de becarios mendocinos de CONICET, es decir, filósofos y cientistas sociales que se encuentran realizando su doctorado con el apoyo institucional y económico de aquella institución señera de nuestro país. Una de las dificultades con la que estos jóvenes investigadores se encontraban en su trabajo cotidiano consistía en cierto aislamiento de la actividad individual respecto de otros becarios, estudiantes de posgrado e investigadores y, muchas veces, de la realidad social de todos los días o de eso que en filosofía se llama el mundo de la vida. Por lo tanto, la organización del evento apuntaba desde el comienzo a proponer un verdadero encuentro de becarios y jóvenes investigadores que de algún modo ofreciera una práctica académica alternativa a los megacongresos en los que muchas veces el escucharse y pensar juntos resulta verdaderamente difícil. Con este espíritu, entonces, los organizadores propusieron una forma de trabajo dialogada, donde cada participante antes de exponer su trabajo o tema de investigación escuchaba los comentarios, preguntas, críticas de un comentador designado previamente. A continuación, se ofrecen entonces algunos de los trabajos que se presentaron en I Coloquio de Becarios y Jóvenes Investigadores en Filosofía Práctica y Ciencias Sociales. Esperamos que al mismo tiempo sirvan como alambre para otros investigadores.