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Introducción: Los aportes sobre la psicoterapia basada en la evidencia han proliferado especialmente, aunque no de modo exclusivo, en Estados Unidos, siendo las investigaciones y publicaciones de Castonguay & Beutler, 2006; Chambless & Hollon, 1998; Chambless et al, 1996; Chambless & Ollendick, 2001; Hofmann, & Weinberger, 2007; Kazdin, 2008, Norcross, 2002; Norcross et al., 2006; Wampold, 2001, algunas de las más relevantes.Dentro de la definición aportada por la American Psychological Association de Práctica Basada en la Evidencia en Psicología, se ha considerado la Psicoterapia Basada en la Evidencia (PBE) como: la integración de la mejor evidencia disponible con la destreza clínica en contextos de las características del paciente, cultura y preferencias. En el contexto de los debates suscitado alrededor de este tópico, se explora la opinión de expertos de lengua inglesa sobre los alcances y las limitaciones de esta definición.Metodología: El presente estudio, de carácter exploratorio reúne la opinión de expertos, entendidos como tales según las caracterizaciones de Norcross & Karpiak (2017). Se indaga sus opiniones sobre fortalezas y debilidades de la definición de APA sobre PBE, y las características esenciales de la misma.Se elaboró una encuesta ad hoc que fue aplicada a 13 psicólogos residentes en Estados Unidos conformando una muestra no probabilística. Para este trabajo se analiza uno de los tres apartados del instrumento, que indaga la opinión sobre las fortalezas, debilidades de la definición de la APA sobre PBE y sobre lo que se percibe como los elementos nucleares de la misma.Resultados: De acuerdo a la definición presentada a los expertos, el 30,76 % entiende que la evidencia científica de las intervenciones refleja de modo más exacto la esencia de una Psicoterapia basada en la evidencia. Un porcentaje idéntico (30,76) señala los tres elementos presentes en la definición: evidencia científica de las intervenciones, experticia clínica y cultura-preferencias del paciente. El 7,69% escoge la experticia clínica como pilar fundamental de la PBE. El mismo porcentaje pone el acento en la cultura-preferencias del paciente. El 15,38 % de los expertos identifican como esencial tanto cultura-preferencias del paciente, como la evidencia científica. Finalmente, el 7,68 % subraya cultura-preferencias del paciente junto a experticia clínica entre los ingredientes de mayor peso para el ejercicio de la PBE.En relación a las fortalezas de la definición de PBE de la APA, aparecen dos grupos bien definidos. El primero conformado por el 84,62 % de la muestra, que incluye como fortaleza la inclusión de uno o más de los tres componentes en la definición de PBE. El segundo grupo representado por el 15,38% de los expertos hace referencia a la incorporación de aspectos parciales presentes en la literatura referida a los tratamientos con apoyo empírico como puntos positivos de la definición.Con respecto a las debilidades, el 23, 07 % de la muestra se ha manifestado conforme con la definición de psicoterapia basada en la evidencia aparecida en la encuesta, mientras que el 76,93 % restante señaló su disidencia en algún punto. Entre ellos, el 20 % resaltó su distanciamiento en términos conceptuales o de constructo, mientras que el 80% lo han hecho bajo razones que podríamos calificar como operacionales.Conclusiones y discusión. Los expertos han mostrado con respecto a la definición de PBE de la APA: 1- Pobre acuerdo en relación a la ?esencia? de la definición. .2- Acuerdo sobre la pertinencia de la inclusión de uno o más ?componentes? en la definición de PBE. 3.- Consenso en atribuir su disidencia en aspectos de la definición ligados a dificultades operacionales. De este modo, ¿a qué obedecen los desacuerdos en la ?esencia? de la definición? ¿La falta de operacionalización señalada puede ser un obstáculo para la PBE?

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