ICBIA   27343
INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA, BIODIVERSIDAD Y AMBIENTE
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
CARACTERIZACIÓN MORFOSEDIMENTARIA, MORFODINAMICA Y EFECTOS DE LAS CANALIZACIONES EN EL ABANICO DISTAL DEL RIO CUARTO (CBA)
Autor/es:
DOFFO, NELSO; BENITO, EUGENIA; DEGIOVANNI, SUSANA; ANDREAZZINI, MARÍA JIMENA; SANTINELLI, MARÍA; ECHEVARRIA, KARINA VANESA
Lugar:
Puerto Madryn
Reunión:
Congreso; XXI Congreso Geológico Argentino; 2022
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
El río Cuarto, de régimen permanente, drena un área de 2500 km2, desde sus nacientes en la sierra de Comechingones hasta su ingreso a los bañados del Saladillo, situados al SE de la provincia de Córdoba (33° 34´23?-33°11´27? S y 63°24´42?-62°34´30? O-Fig.1A y B), y constituye el principal aporte de agua y sedimentos a este humedal. A su vez, los bañados son drenados por el río Saladillo, el cual se integra al sistema Carcarañá-Paraná-del Plata. La cuenca baja del río Cuarto se desarrolla en ambientes de bajo relieve y drenaje impedido, que caracterizan a la Llanura Pampeana del E provincial, y que forman parte de la Planicie Fluvio-Eólica Central, y la Depresión Tectónica Curapaligüe-Saladillo (Carignano et al. 2014). Naturalmente, el río Cuarto culminaba en el extremo sur de esta depresión a través de un abanico aluvial, el cual fue desactivado en la década del 50? mediante un canal albardonado, que se extendió progresivamente (~40 km) atravesando todo el humedal hasta conectarse con el río Saladillo. La pérdida de este ambiente, altera la dinámica hidrosedimentológica de los bañados (incremento de agua y sedimentos), potencia el peligro de inundación de localidades cercanas y deteriora la calidad del agua con la disminución de recarga de agua dulce al acuífero freático salobre/salino (Santinelli et al. 2020, Doffo et al. 2021). El objetivo de este trabajo es efectuar una caracterización morfosedimentaria y morfodinámica del abanico distal del río Cuarto y analizar los cambios originados por las intervenciones, con el propósito de aportar información de base para elaborar planes de manejo y gestión territorial, que permitan la recuperación/reactivación de este ambiente, a fin de restablecer sus funciones naturales y disminuir las problemáticas actuales. Para ello, se confeccionó un mapa geomorfológico a partir de imágenes satelitales de diferentes años, hojas topográficas (IGN) y un MDE (30*30 m), se obtuvo un perfil topográfico y se analizó información sedimentológica e hidrológica/hidrogeológica antecedente. En campo se efectuó un relevamiento geomorfológico de las intervenciones realizadas y se describieron perfiles sedimentarios.El abanico aluvial distal del río Cuarto de 70 km2, cuyo ápice se localiza 20 km al E de la localidad de La Carlota (Fig. 1B-Unidad III), conforma un Sistema de Distribución Fluvial (DFS) (Weisemman et al. 2015), cuyo funcionamiento y dimensión eran el resultado de un equilibrio dinámico entre infiltración y almacenamiento, tanto en condiciones de estiaje como en crecidas (excedentes hídricos y sedimentarios-III.1. Derrames disipados). El perfil topográfico A-A´ (Fig. 1C), muestra la marcada agradación en el abanico (~4 m) que interrumpe la continuidad topográfica e hidrológica de la depresión Curapaligüe-Saladillo (I. Depresión Principal), y su extensión longitudinal está condicionada por el bloque elevado (II. Planice Elevada Oriental). Entre las geoformas mayores asociadas a la dinámica aluvial se distinguen canales meandriformes inactivos (S-SE y N-ENE), con un ancho promedio de ~20 m, similares al cauce actual del río Cuarto y con longitudes del orden de 3,5 a 10 km en el S, y entre 7 y 10 km hacia el N (Fig. 1B). La amplia distribución de estos canales y su interdigitación y sobreimposición corroboran que la avulsión es el proceso más relevante en la morfodinámica del abanico, como se muestra en la secuencia sedimentaria del P1 (Fig.1D). Aquí se expone una sucesión de depósitos de intracanal (AF1), de arenas muy finas y finas, a la que le sobreyacen cuerpos con geometría tabular y de gran continuidad lateral, con granulometrías más finas (arenas muy finas y limos), interpretados como depósitos de llanura de inundación o en estadios finales de relleno de canales fluviales próximos a la colmatación (AF2).A su vez, el P2 (Fig. 1D), presenta depósitos de desbordes provocados por flujos en manto (AF2), de facies finas (arenas finas y muy finas), que se apoyan sobre depósitos palustres (AF3-I. Depresión Principal),exponiendo una sedimentación aluvial distal. Por otro lado, la similitud de los paleocanales con el cauce actual, tanto en el diseño como dimensiones del canal, así como también el grado de conservación de los mismos, permiten inferir cierta semejanza entre los regímenes higrológicos antiguos y actuales, y también la escasa edad de los mismos. También, estas paleoformas funcionaron como canales alimentadores de lóbulos de derrame (Unidad III.2.) y cuerpos deltaicos distales (III.3. Fandeltas) del tipo digitados, con el ingreso de importantes volúmenes de sedimentos a una laguna somera de dimensiones mayores que la actual laguna La Brava (Fig. 1B).A partir de la década del 80´, la extensión del canal Río Cuarto, altera significativamente la morfodinámica original del abanico y genera la progradación de la influencia aluvial hacia en el interior del bañado. Los desbordes no se distribuyen en forma radial, sino que se concentran puntualmente en zonas de ruptura de albardón y se orientan perpendicularmente a la canalización, en algunos casosconducidos por paleocanales (IV. Desbordes inducidos del canal Río Cuarto-Derrames manifiestos- Fig. 1B). Este tipo de evento se observa en el perfil P3, compuesto por depósitos de limos y arenas muy finas. Los desbordes de mayor extensión se disponen sobre la margen izquierda del canal, poseen entre 1,5 a 3,5 km de longitud y área de hasta 2 km2, mientras que los ocurridos sobre la margen opuesta poseen menor extensión (~1 km2), debido al límite que le impone la Planicie Elevada Oriental. En todos los casos las facies más distales de los desbordes se depositan en forma mantiforme (arenas muy finas y limos). En conclusión, el cambio en la distribución de agua y sedimentos por efecto de la canalización, desactivo el abanico de desborde que funcionaba como amortiguador (buffer) en eventos de crecidas y, favoreció la sedimentación e infiltración, y consecuente recarga de agua dulce al acuífero. Debido a que se mantienen las características morfodinámicas intrínsecas de desbordes en esta sección del sistema, se tornan ineficaces los intentos de control mediante las intervenciones, manifestado en la colmatación del canal y rupturas de albardones. De esta manera se refleja la necesidad de recuperación, al menos parcialmente, de la conectividad del cauce del río Cuarto con su llanura aluvial de descarga, y así atenuar los problemas de inundación de localidades como La Carlota y las pérdidas de recursos y servicios ambientales provocados por la colmatación y drenado del humedal.