ICBIA   27343
INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA, BIODIVERSIDAD Y AMBIENTE
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
PROCESOS DE INTEGRACIÓN DE LA RED DE DRENAJE DE BAJO ORDEN EN PALEOSUPERFICIES DE LA SIERRA DE COMECHINGONES (CÓRDOBA), DURANTE EL ÚLTIMO MILENIO
Autor/es:
BENITO, M. EUGENIA; DOFFO, NELSO C.; DEGIOVANNI, SUSANA; ECHEVARRÍA, KARINA; ANDREAZZINI, M.JIMENA; SANTINELLI, M. A.
Lugar:
Puerto Madryn
Reunión:
Congreso; XXI Congreso Geológico Argentino; 2022
Resumen:
Estudios sobre procesos de integración de la red de drenaje del Sur de Córdoba, fueron realizados por Degiovanni et al. 2009, entre otros, quienes analizaron los cambios ocurridos durante el siglo XIX y XX en cursos (orden > 5) que drenan el piedemonte y llanura oriental de la Sa. de Comechingones. Estos autores señalan que la incisión y erosión retrocedente son los procesos principales (aún activos) que explican la marcada profundización y presencia de knickpoints en la mayoría de los cursos, los cuales han desplazado sus áreas de descarga hacia el E-SE. Esta reactivación es atribuida, en el corto y mediano plazo, a un incremento en las precipitaciones, potenciado por intervenciones antrópicas (deforestación, expansión de la frontera agrícola, canalizaciones, trasvases, etc.) y, a mayor escala temporal, a actividad neotectónica. Por otra parte, son escasos los trabajos que abordan esta temática en áreas de cabeceras, situadas en la zona serrana del sur de Córdoba, donde al igual que en otros ambientes de Sas. Pampeanas, se observan redes de drenaje con distinto grado de desarrollo. En la vertiente oriental de la Sa. de Comechingones se desarrollan los tributarios de los ríos Tercero y Cuarto, y un conjunto de arroyos que exhiben valles profundos (algunos antecedentes a los movimientos ándicos), mientras que la escarpa occidental es drenada por cursos menores fuertemente incididos. Ambos sistemas están en vías de expansión, integrando a redes menores localizadas principalmente en las paleosuperficies relícticas. Estas redes poco organizadas drenan valles amplios, con relleno sedimentario, donde son comunes los mallines. El objetivo de este trabajo es analizar los procesos de integración fluvial que ocurrieron/ocurren en estas pequeñas cuencas (< 1 Km2 y hasta de orden 3), en el último milenio y que conllevan a la perdida de los mallines serranos, espacios de alto valor ecológico. Se considera como área piloto a un sector de la cuenca alta del río Cuarto (Fig. 1A). La caracterización geológica-geomorfológica se tomó de Andreazzini et al. (2020) y Benito et al. (2021), y las variaciones espacio-temporales de la red de drenaje se obtuvieron de hojas topográficas (1960), fotografías aéreas (1970-1989) e imágenes Google Earth y Bing Maps (2010). En campo se caracterizaron los procesos geomorfológicos activos, se describieron y muestrearon perfiles sedimentarios. Se determinó la granulometría de las muestras de sedimentos y se realizó una datación radiocarbónica en un nivel guía. La región tiene un clima mesotermal subhúmedo y las cuencas estudiadas drenan rocas graníticas gruesas del batolito Cerro Áspero que han favorecido su alteración y erosión, con el consecuente desarrollo de valles anchos e interfluvios de escaso relieve relativo. Las laderas medias y bajas están cubiertas por secuencias de flujos hiperconcentrados areno-gravosos (que incluyen sedimentos eólicos primarios), mientras que los fondos de valle por sedimentos fluviales areno-gravosos y secuencias de materiales arenosos finos-limosos (hasta 10 m de espesor) con alto contenido de materia orgánica en los mallines. En este contexto se está instalando e integrando la red de drenaje provocando el creciente desmantelamiento de la cubierta sedimentaria por erosión hídrica, fluvial y procesos gravitatorios. Se diferenciaron tres estadios de evolución:-Etapa 1 (E1, Fig. 1B): cuencas de orden 1, con el canal colector discontinuo e incipiente (20-50 cm de prof.) y de régimen permanente, ya que drena parcialmente los ambientes de mallines activos que atraviesa. Este curso exhibe un perfil longitudinal desajustado en toda su extensión. Localmente, en los bordes de cuenca se reconocen rills y pequeñas cárcavas de limitada longitud e incisión que aportan sedimentos al pie de las laderas y flujos mantiformes con materiales finos al sector de mallines-canal colector.-Etapa 2 (E2, Fig. 1C): cuencas de orden 1 con curso principal permanente, que drena parcialmente un mallín activo. Aguas abajo, exhibe un canal incidido y más ajustado con el curso receptor que en E1, con frente de retroceso alcanzando el ambiente del humedal. Los sistemas de cárcavas, aunque no están conectadas al colector, muestran un mayor desarrollo respecto a E1. Se ubican en posición media a alta de los taludes y durante eventos de lluvia importantes, transportan sedimentos desde las superficies graníticas arenizadas hacia el pie del talud, depositando su carga más gruesa al desconfinarse y disminuir la pendiente, mientras que las fracciones más finas se movilizan hacia posiciones más distales en el fondo del valle-mallín.-Etapa 3 (E3, Fig. 1D): cuencas de orden 2 o 3, más ajustadas, ya incididas en las secuencias de relleno del valle, donde el colector principal y los sistemas tributarios mayores (cárcavas iniciales) se integraron, por erosión retrocedente y extensión del canal, respectivamente. En algunas cabeceras la incisión es de poca magnitud y local (1-1.5 m), permaneciendo aun los ambientes de mallín, mientras que en el canal principal los valores son mayores (3-8 m) alcanzando localmente el basamento y drenando totalmente a los mallines. Respecto a la evolución temporal de estas cuencas, estudios geomorfológicos, estratigráficos y palinológicos (Andreazzini et al. 2020) en la subcuenca de la figura 1D, indican las variaciones morfodinámicas durante gran parte del Holoceno, mostrando etapas de conexión-integración a sistemas mayores y otras de desconexión-agradación, en respuesta fundamentalmente a variaciones climáticas. Procesos similares, aunque de menor envergadura, se observan en la actualidad en la E1 y E2 (Fig. 1B y C). Estos autores indican que, con ligeras fluctuaciones, los ambientes de mallín habrían permanecido durante la mayor parte del Holoceno (ca. de 7500 a 2000 años A.P). Complementando esta información con el análisis del perfil sedimentario de la Fig. 1E y F, y teniendo en cuenta la edad de la muestra datada (460 ± 50 años A.P., Fig.1F), es posible considerar que el desarrollo del paleosuelo (N1-Fig. 1F) sobre un depósito de flujo hiperconcentrado, habría ocurrido a finales del Periodo Cálido Medieval (ca. 1,4/1–800 a. A.P., Kröhling y Carignano, 2014), indicando condiciones más húmedas y estables para estos ambientes serranos, que posiblemente se mantuvieron/extendieron más que en la llanura, donde se registran nuevamente condiciones más áridas y frías desde ca. 700-150 años A.P. (Pequeña Edad de Hielo, Kröhling y Carignano, 2014). Este desfasaje ya fue mencionado por Andreazzini et al. (2013). A este último periodo se asignan las secuencias fluviales areno-gravosas (aprox. 3 m de espesor, N2-Fig. 1F) que suprayacen a N1 y corresponden a depósitos de agradación de canal en posición media a media-inferior de esta cuenca. Estos depósitos indican un cambio hacia condiciones de menor disponibilidad de agua, menor cobertura vegetal, mayor incisión en cabeceras, pero incapacidad de los cursos para transportar a mayores distancias (régimen efímero). Así, los procesos de incisión y distintos estadios de integración de la red de drenaje observados, se habrían iniciado en las últimas centurias, con ritmos variables según ciclos húmedos–secos, incendios de magnitud, etc. Al menos desde la década del 70, la conformación era similar a la actual, como lo evidencian registros cartográficos e información de pobladores, en concordancia con estudios en otros sistemas fluviales de la región.